Conocí a Nacho inesperadamente, el primer día que lo vi ni siquiera me fijé en él, lo cual es algo sumamente gracioso porque ahora paro stalkeando su perfil en cualquier red social 24/7.
Era un sábado de junio, no recuerdo cuál, pero comenzaba un nuevo curso de unas clases de idiomas. Era el cuarto semestre y la verdad que estaba contenta porque ya faltaba poco para terminar.
Llegué a mi aula y me enojé, porque me cambiaron de profesor otra vez y encima no tenía amigos pero, tenía que resignarme.
Ni siquiera me molesté en ver quiénes eran mis compañeros, de hecho ese momento detestaba a todos, incluido Nacho.