Ángela! Cinthya! -Chilló nuestra madre mientras venía hacia nosotras para abrazarnos, bueno mejor dicho, para estrujarnos. Estaba llorando a cantaros y me empapó toda la camiseta con sus lágrimas.
-La abracé y me deje llevar en sus brazos. Necesitaba uno de sus cálidos y tiernos abrazos de madre a hija.- Hola mamá. -Dije sonriendo y con lágrimas en los ojos.-
Ay nenas cuanto tiempo sin veros! -Dijo mi madre secándose las lágrimas con un pañuelo que llevaba en el bolso.-
Si, mi madre tenía esas expresiones en vez de ser cómo la mayoría de madres, mi madre se había acostumbrado a las nuevas tecnologías y al habla de los jóvenes, bueno en realidad se había viciado. Parecía que ella era la adolescente en vez de nosotras, nuestra madre es así. Pero en cierto modo es divertido aunque a veces se pase, no es de las típicas que son pesadas pesadas a más no poder. Cómo digo yo, mi madre es única.
Y a mi no me dáis un abrazo? -Dijo la voz de mi padre. Se levantó del sillón azul donde estaba sentado y vino hacia nosotras con los brazos abiertos y una sonrisa en la cara.-
Cinthya lo abrazó fuertemente e incluso derramó alguna que otra lágrima mientras lo hacia, pero intentó disimularlo y hacerse la fuerte. Cinthya siempre había estado muy unida a nuestro padre, mientras en ese ámbito, yo estaba más unida a nuestra madre.
Siempre que estaba mal, Cinthya hablaba con nuestro padre, normalmente solo le contaba sus cosas a él aunque al final también acababa contándoselo a mi madre ya que ella insistía e insistía hasta conseguir saberlo todo. En estos temas, éramos totalmente diferentes, cómo el Yin y el Yang, las dos preferíamos no contarles nuestros problemas a nuestros padres, y nos los contábamos la una a la otra, pero cuando estábamos bastante mal de ánimo si nos refugiábamos en nuestros padres, ella en mi padre y yo en mi madre.
Después mi padre vino y me abrazó, apoyó sus manos en mis hombros y me dijo "me alegro de verte hija" mientras sonreía.
Al instante una enfermera interrumpió nuestro pequeño y emotivo encuentro...
Qué tal está??!! -Preguntó rápidamente mi madre acercándose a la enfermera.-
Todo ha salido muy bien, Valeria se encuentra en buen estado y enseguida podrán pasar a verla. -Dijo la enfermera mirándonos a todos y luego se despidió y volvió a entrar por la puerta que separaba la sala de espera de las habitaciones del hospital.
Os estaréis preguntando qué pasa, quién es Valeria y qué hacen en el hospital, verdad? Bueno pues vuestras dudas se resolverán enseguida...
Valeria es la mujer de nuestro hermano Marcos, sí, Cinthya y yo tenémos otro hermano del que nunca os he hablado. Se llama Marcos, cómo he dicho anteriormente, se lleva tres años con Cinthya y cinco conmigo. Siempre ha sido nuestro protector y estábamos muy unidos hasta que Cinthya y yo nos fuimos a vivir a Madrid. Es un chico moreno, de ojos verdosos, delgado, muy fuerte y bastante alto; y aunque por sus músculos aparente ser un "chulo playa" es una buenísma persona y no haría daño ni a una mosca a no ser que se metieran con las personas a las que él quiere, en ese caso puedes acabar hecho una papilla.
Valeria es una chica natural de Sevilla aunque cuando tenía 16 años se vino a Murcia con su familia por motivos de trabajo de su padre, tiene un año más que mi hermana, osea 22. Es castaña con mechas rubias naturales, su pelo es liso por la mitad de la espalda, ojos marrones, delgada y esbelta, cariñosa, graciosa, simpática, amable y deportista.
