En una antigua región de Asia menor llamada Frigia, en lo alto de una colina, se encontraba dos árboles milenarios, un roble y un tilo rodeados por un viejo muro. En sus ramas entrelazadas siempre suele haber alguna corona de flores y muy cerca de allí se encuentra un lago pantanoso de cuyas aguas beben sus raíces. Se veía como a una pareja disfrutaba de un agradable momento familiar junto a un niño de 10 años
-Por favor, papá. Sólo eso te pido- suplica la criatura dando una mirada de cachorro
-No
-Tony, Peter sólo ira a jugar con su amigo al pueblo, déjalo que vaya
Tony simplemente suspira mientras asiente con la cabeza y ve a si pequeño Peter levantarse para abrazarlo a él y a Steve para después retirarse corriendo hacia el pueblo
- Ese chiquillo, debe volver para la cena
- Ya lo sabe Tony, Peter no es de faltar a ella
- Por cierto, Steve ¿Hoy no hay trabajo?
- Para eso están las parcas, hoy quiero disfrutarlo con mi familia
- Jeh, quien lo diría, el dios de la muerte dejando el trabajo a sus esclavos para disfrutar una celebración humana
- No son mis esclavos, son mis ayudantes.
El dios de la muerte o como mejor conocido como Steve era uno de los dioses más respetados entre las demás deidades. Siempre se le veía con una túnica negra con una capucha ocultando su rostro pálido dejando ver únicamente sus labios. Steve es el sucesor de la muerte original, debía ser un alma más del montón, pero al nacer muerto y después revivir fue que la muerte lo tomó como su hijo, su sucesor.
En su estadía en la tierra mientras se hacia pasar como un simple mortal, se deleitaba pintando paisajes y momentos que para él debía ser inmortalizados en lienzos o en su cuaderno. Fue una noche de invierno cuando conoció al ser que hasta el día de hoy le hace sentir aquel sentimiento que a los humanos le llaman "amor " , Steve estaba caminado por las calles de Tokio cuando un par de disparos llamó su atención. Al voltear el rostro hacia el callejón que tenía a su derecha pudo visualizar como dos siluetas una de ellas en el suelo sin vida y la otra agarrándose del costado sintiendo como moría lentamente; a pasos lentos fue aproximándose hasta el que estaba en el suelo para tocarlo y así tomar su alma encapsularla y enviarla al salón de las animas.
-¡Víctor!
Un grito lo hizo voltear hacia la entrada del callejón, vio a un castaño correr hasta el hombre que se encontraba en el suelo.
-Hermano...- dijo en susurro el castaño sin despegar la vista del suelo
- lo lamento
-no necesito de tu lástima, Dios Muerte- me respondió levantando la mirada para verme y después retirarse del lugar.
Me quedé viendo su silueta alejándose del lugar, un humano, aunque no tenía la esencia de uno, no temió de mí. ¿Por qué? Esa era la pregunta que nadaba en mi cabeza; Decidí vigilar a ese singular pero lindo castaño durante seis meses, descubrí su nombre Anthony Stark, aunque sus más llegados le dicen Tony, es una persona muy inteligente, trabaja como doctor en el mejor hospital de Tokio. Fue así que luego de otros seis meses más comencé acercarme él con mi apariencia humana un hombre alto rubio de ojos azules, pero a pesar de ello el supo quien era yo, de todas maneras, no se alejó, nos fuimos enamorando del otro a pesar de que era un amor prohibido, yo la muerte, él un humano.
- ¿Por qué no me miras a los ojos? - Me preguntó.
- ¿Sabes que dicen que los ojos son la ventana del alma?
- Sí.
- Pues a la Muerte no se le tiene permitido mirar por las ventanas del paraíso.
Un ligero rubor brotó en sus mejillas, el ocultó su rostro en mi pecho abrazándome.
- Nunca me dijiste que sería tan fácil enamorarse de ti.
- Eso mismo te digo a ti- dijo para después besar mis labios
Seguimos disfrutando de la compañía del otro, pero no todo era de color de rosa, Tony sufrió de una enfermedad del corazón que lo tenía postrado en la cama con cables en conectado a su cuerpo. Tony moría lentamente a causa de ello, sabía que, si Tony moría no lo volvería a ver, su alma iría con dios Vida para decidir sobre ella, no dude en ir a buscarlo para hacer que no se llevará a Tony lejos, lo amo tanto que no soportaría la soledad que el me dejaría si se va. Vida apreciaba a Tony como su creación más querida y que por más que quisiera ayudarme no podía. Tony pertenecía al lado de la luz, no de la oscuridad donde provengo yo. Devastado fui a ver a mi Madre se encontraba en el cuarto de almas, sosteniendo una vela que se apagaba poco a poco, le supliqué que me ayudará a que Tony se quedará conmigo. Su respuesta helo mi ser
-Dale el beso
-Pero madre...
-Si le das el beso de la muerte, el permanecerá contigo no como una parca sino como una deidad, él al ser la creación favorita de Vida podrá ir con su padre y estar contigo, sin sufrir daño al estar en ambos espacios, pero debes hacerlo pronto recuerda que debe beber de tu sangre antes de besarlo. Ve hijo mío, también tienes derecho a ser feliz
- ¡Papá! ¡Pop! ¡Ya volví! - gritó Peter azotando la puerta
Sostuve a Tony antes que cayera de la escalera
-No grites, enano.- Dijo Tony mientras lo ponía en el suelo
-lo siento pa.
-Mejor ayúdame a terminar de adornar el árbol, ya casi es navidad y el árbol no está terminado. Steve tu termina de hacer el postre
- si, cariño- solté una pequeña risa para después besar su frente y volver a la cocina
Una vez terminada mi tarea, dedique a mirarlo a él junto a Peter, jugando con los adornos navideños, Peter fue a su habitación mientras tu te quedabas frente al árbol con la luces encendidas deleitándome con tu sonrisa, recordando como fue que aprendí a conocer cada gesto tuyo y cada uno de ellos me enamoró, la forma de mirarme de reojo cuando te ponías celosa o te enojabas, la forma en que estirabas la boquita cuando hacías maña, la forma en que caminabas cuando tenías flojera (toda un niñito de 5 años arrastrando los pies pidiendo prácticamente que lo lleven en brazos). Aprendí a conocerte en tan poco tiempo porque te mostraste tal cual eres conmigo y tú me conociste a mí por lo mismo. aprendí a amarte cuando tú detestas muchas cosas de ti, aprendí a amarte con lo mañoso y enojón que eres, la paciencia que me decías que tenía que tenerte, la dominé y fue así como terminé loco por ti, loco por vivir cada día contigo, loco por ser tuyo. Amé cada uno de tus bailes improvisados (aunque ni tan así, ya que te sabes todas las coreografías de tus películas, series o videos musicales favoritos). Me alegras mi ser con estar sentado a mi lado, aun así, estés en silencio, enojado, pensando en la mortalidad del cangrejo o pegado viendo cualquier cosa que te llamaba la atención. estoy loco por ti, te volviste mi todo, es a ti quien tengo en mi mente todo el día.
