Era una tarde cualquiera de diciembre del 2013, el último día del otoño no sólo anunciaba el cambio de estación sino que también lanzaba señales de que algo muchísimo más radical estaba a punto de suceder.
Ella, una chica de 23 años, un tanto solitaria, de poca fe en el amor y en las llamadas "casualidades" de la vida, se encontraba frente a su monitor, actividad nada fuera de lo común durante los últimos años universitarios.
Meses atrás había emprendido la búsqueda de ella misma, tal vez no tan conciente del todo y, de repente, aquel viernes 20 de diciembre se topó con ese rostro que cambiaría su destino. Se detuvo frente a la pantalla, observaba cada rasgo de ese hombre que parecía conocer de algún lado, sin vacilar averiguó quién era, su nombre y a qué se dedicaba. Esa fue la primera sorpresa que se llevó...
Sentía conocerlo de algún lado pero, como era típico en ella, la situación y el encuentro pasaron a segundo plano minutos más tarde, su mente iba tan de prisa que pronto se olvidó de aquel misterioso ser. Lo que ambos no sabían era que el destino ya estaba echado entre los dos, y que ese día solamente se reencontraron una vez más.
Y así transcurrieron los días, el plazo se venció y el día de mirarse y tenerse frente a frente llegó, ella estaba hipnotizada por él, no se explicaba por qué quedaba en una especie de trance cada vez que lo veía; su larga cabellera, su forma de hablarle, ese trato gentil y cariñoso, como si se tratase de un viejo y conocido amigo, terminó por enredarla más.
Y pasaron las semanas y él vio en ella a esa mujer que tanto esperaba, aunque lamentablemente ya era demasiado tarde, en ese momento él ya estaba con alguien más, así que ambos optaron por volverse muy buenos amigos, pero el amor no puede reprimirse y, como era de esperarse, sucedió lo inevitable, terminaron tan enamorados que se miraban y no hacía falta palabra alguna, él siempre estaba para retarla, para motivarla, para contenerla... ella siempre lo escuchaba y confiaba tanto en él como en ninguna otra persona.
Durante años callaron ese sentimiento, ambos se engañaban pensando que era algo pasajero, pero cuando el amor es real es inevitable no expresarlo, y sí, tuvieron muchos días felices expresándose su amor a escondidas, a destiempos, sin medida... y ahora... ahora no tuvieron el valor para continuar, decidieron alejarse, pero si tú los vieras notarías que ese amor sigue intacto, que ese amor yace ardiente bajo esa apariencia fría y distante de ambos.
Ojalá que algún día tengan el valor suficiente para estar juntos, ojalá que algún día podamos estar una noche más en la misma cama... ojalá mi vida.
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CINCO AÑOS CONTIGO
Short StoryNo todas las historias de amor terminan en finales felices; aquí la de ellos, quienes se amaban tanto pero las circunstancias de la vida no siempre permiten que el amor triunfe...