Las Aventuras del Duende de Navidad

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20 de diciembre, 18: 43 horas

- Hashire sori yooo, kaze no io nii, tsukimi hara wo - Hanji salió desde la cocina con un salto vestida de santa claus - ¡PADORU PADORUUUU!

- CÁLLESE VIEJA PIRUJA - gritó Levi ya hasta la madre, quien se había visto interrumpido por quinta vez mientras tomaba su té negro por las estupideces de Hanji

El y Erwin habían escuchado ya cien veces esa canción desde que diciembre empezó, y no era de extrañarse teniendo a cinco adolescentes en casa y dos adultas inmaduras. Mikasa, Armin, Isabel, Christa y Petra estaban escuchando a Eren contar la historia del krampus

- La primera vez que escuché de esa historia tenía siete años - contó el castaño - me la contó Zeke después de que intentara asustarme en la noche, pero yo me emocioné. Me acuerdo que le grité a mis padres "¡Mamá, papá, satanás me trajo regalos, se los dije!"

- ¿Satanás? - preguntó Mikasa curiosa

- Sí, es que cuando era niño mi mamá me decía que Santa claus sólo le traía regalos a los niños que se portaban bien, entonces yo le escribía mi carta a Satanás. Claro que mi mamá dejó de amenazarme con dejarme sin regalos cuando me descubrió

- De hecho - dijo Christa - Yo creía que el krampus era el que le traía regalos a los niños malos pero no, también los castiga

- ¿osea que en todas las leyendas del mundo no hay una sola criatura que premie a los niños malos? - preguntó Isabel

- ni una sola - confirmó Petra

- Las criaturas mitologicas de las festividades tienen cómo objetivo controlar a las masas en determinadas epocas, sobre todo a los niños - aclaró Armin - ¿Porque alguien haría un mito sobre una criatura que le de alas a los niños para hacer desmadre?

- Silencio, Canuto - dijo Eren - No es justo que a los niños que les gusta divertirse se les prohiba disfrutar del espíritu navideño, los niños necesitan un heroe

- ¿ Y que planeas hacer? - preguntó Hanji - ¿ tu le comprarás regalos a los niños malos?

Cuando Levi escuchó a Hanji decir eso supo que la loca con lentes la había cagado, pero era demasiado tarde. La sonrisa de duende ya estaba en el rostro del castaño y no había vuelta atrás

- ¡Pejelagarto! - lo miró - ¿Cuanto tenemos para gastar en juguetes?

- Eren, Vamos a dar una fiesta con todas las familias mafiosas más importantes del mundo arriesgándonos a que nos descubran y nos atrape el FBI, ¿ y tu quieres darle regalos a todos los mocosos malcriados de esta ciudad?

- Sí, todos merecemos regalos de navidad. Y lo haré con o sin tu ayuda

- Perfecto, yo no voy a cumplir un capricho más

Eren lo miró con el ceño fruncido, no iba a rogarle a nadie y no iba a dejar que el pejelagarto arruinara sus planes

- Cómo quieras

Eren salió por la puerta con toda la dignidad del mundo, y los otros cinco que estaban escuchando su historia no tardaron en ir tras él siguiéndolo en fila india

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- Hanji

- Gandalf...

Levi tuvo que contenerse de lanzarle lo que más cerca le quedara, pero mantuvo la compostura y se quedó en su lugar mientras apagaba su cigarrillo

¡Retaste Al Tipo Equivocado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora