Extra 2/2 🌙

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Taeyeon estaba tan inmersa en la felicidad de su juventud que no pudo percibir las verdaderas facetas de su Alfa. Quería creer que él no era así en realidad, que eran simples malentendidos o envidias infundadas. Pero la triste realidad era que él encarnaba los temores más profundos de los Omegas. Era posesivo, agresivo, celoso, machista, egoísta y, en resumen, un individuo despreciable. Aunque muchos intentaron advertirle sobre él, ella ignoró las advertencias, aferrada a la ilusión de amor que sentía al mirar a aquel Alfa.

El día en que Minho le propuso matrimonio fue una experiencia extraña y dolorosa para Taeyeon. El comportamiento del Alfa reflejó su verdadera naturaleza: autoritario, controlador y dominante. En lugar de pedirle amablemente, le dio órdenes y la reprendió si no cumplía con sus expectativas. Además, la mantuvo alejada de cualquier otro Alfa o Beta que se le acercara, limitando su libertad y autonomía. A pesar de su frustración inicial, Taeyeon se vio sorprendida cuando Minho sacó repentinamente una caja de terciopelo negro durante su cena en un restaurante y pronunció las palabras de propuesta. Se encontró incapaz de resistirse, incluso si lo hubiera deseado. Minho no le consultó sobre la fecha de la boda ni sobre sus deseos de continuar con sus estudios, simplemente la sacó de allí y se casaron apenas dos semanas después. La ceremonia fue pequeña, con la presencia de familiares y algunos amigos seleccionados por el Alfa.

No hubo buffet ni despedida de soltera. La noche de bodas, literalmente Minho la violó, la tomó a la fuerza y la marcó esa noche.

A pesar de la infelicidad que Taeyeon experimentaba en esos momentos, no podía evitar seguir amando a su esposo, a pesar de lo despreciable que era. Por más que intentara odiarlo y luchar contra él, sus sentimientos originales se aferraban a su corazón, dejándola sin fuerzas para resistirse.

A través de la influencia de su suegra, Taeyeon aprendió a ser sumisa, aunque en su interior seguía resistiéndose a muchas de las cosas que le enseñaban. Era evidente que su suegra no la quería en absoluto, pero Taeyeon decidió hacer lo necesario para asegurarse de que Minho estuviera feliz a su lado. Transformó por completo su guardarropa, optando por vestimenta más "apropiada" para una Omega de su posición y belleza. Se dedicó a aprender a cocinar todas las comidas favoritas de su esposo, a no alzar la voz ni contradecirlo, a mantener impecable cada rincón de la mansión en la que vivían y, por último, a evitar cualquier situación que pudiera avergonzar a su Alfa frente a otros.

A pesar de su infelicidad como sumisa, Taeyeon se esforzaba por hacer todo lo posible para mantener a Minho feliz. Siguió al pie de la letra las indicaciones de su suegra, lo cual pareció dar resultados positivos. Minho se mostraba más considerado con ella, evitaba los insultos y aumentaba el contacto físico entre ambos.

Finalmente, Taeyeon quedó embarazada de su primer hijo, Lee Yifan, un Alfa. La alegría de Minho fue inmensa y volvió a comportarse como en el pasado. Sin embargo, cuando Yifan tenía ocho años, Taeyeon quedó embarazada nuevamente, pero esta vez hubo complicaciones. Un día, mientras rompía aguas, Taeyeon sufrió un golpe en el vientre al tropezar con el sofá de la sala. El dolor se intensificó y sintió temor de que su piel se rasgara y se desangrara. Gritó de agonía, y Minho y Yifan la llevaron rápidamente al hospital. Allí recibió atención médica eficiente y rápida. Coincidentemente, en ese mismo hospital nació otro niño Alfa, Lee Yoongi.

Hacía mucho tiempo que Taeyeon anhelaba ver a su hijo mayor, Yifan, pero Minho no le había permitido siquiera verlo a través del cerrojo de la puerta. Sin embargo, esa noche, Yifan decidió desafiar las órdenes de su padre y llevarle a su hermanito, Yoongi. Con una sonrisa radiante, Taeyeon tomó a su pequeño en brazos, arrullándolo con amor y alimentándolo como solo una madre sabe hacerlo. Pronto, Yoongi dejó de llorar y comenzó a estirar sus bracitos hacia ella, buscando el cálido contacto maternal que tanto necesitaba.

Después del duro parto, Taeyeon quedó estéril, básicamente y en pocas palabras para el Alfa Minho eso significaba que era "inútil e inservible".

Taeyeon fue recluida en otra habitación muy lejos de su marido y sus hijos, la Omega agonizó toda la noche lastimándose a sí misma con duros golpes y cortes en todo su cuerpo, así duró un mes hasta que el Alfa la sacó de ahí y la regresó a su habitación original. Yifan la abrazó cuando la vio, diciendo que Yoongi no dejaba de llorar desde que lo alejaron de ella, Taeyeon acarició el cabello azabache de su cachorro y sonrió.

Con lágrimas de felicidad en los ojos, Taeyeon acarició suavemente las mejillas rosadas de Yoongi y lo besó tiernamente en la frente. Se sentía agradecida por esos momentos de conexión y amor maternal que le brindaban sus hijos, a pesar de las dificultades que enfrentaba en su matrimonio.

En la noche, Yifan le trajo a su bebé para que lo arrulle y alimente como es debido, cuando Yoongi estuvo en brazos de su madre dejó de llorar pero seguía hipando y estirando sus bracitos hacia ella.

Taeyeon anhelaba besar la dulce carita de su bebé y dormir con él entre sus brazos, pero sabía que Yoongi tenía su propia habitación con cuidadores Beta asignados. Aun así, estaba determinada a aprovechar cada momento que tenía con su hijo. Lo alimentó con ternura, jugó con él y lo arrulló suavemente hasta que el pequeño se quedó dormido. Yifan, siempre protector, decidió quedarse a dormir con su madre, mostrando su amor y deseando protegerla de su padre, quien seguramente vendría a regañarlo por traer al bebé.

Al despertar al día siguiente, Taeyeon se encontró sin el bebé ni a su marido en la habitación, pero sí estaba su hijo mayor a su lado. Sonrió con cariño y acarició suavemente la mejilla de Yifan, disfrutando de ese momento de conexión maternal. Sin embargo, algo en la mejilla de su hijo parecía estar fuera de lugar, lo que hizo que Taeyeon se preocupara de inmediato.

Con temor y preocupación, Taeyeon retiró cuidadosamente las sábanas que cubrían a su hijo, revelando su abdomen marcado por una serie de manchas púrpuras y otras más recientes. El corazón de la Omega se apretó de angustia e impotencia, pero se esforzó por no despertar a su hijo y lloró en silencio. Acercó su frente a la de Yifan, buscando ese vínculo maternal que siempre había sido fuerte y constante. Cerró los ojos, deseando con todas sus fuerzas que todo fuera solo una pesadilla cruel, tal vez un castigo de la diosa Luna por su mal comportamiento en el pasado o por su actitud irrespetuosa hacia sus padres. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, sabía que no era así.

Esta era su realidad, una realidad que Taeyeon sentía que no merecía y que no le correspondía vivir. Un torrente de emociones abrumadoras la invadió mientras contemplaba las marcas en el abdomen de su hijo, símbolos de un pasado oscuro y traumático. Se negó a aceptar que esta fuera su vida, luchando contra la desesperación y el miedo que la embargaban.

Fin de los recuerdos

Fin de los recuerdos

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