FUGAZ

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Acariciabas la rutina como si fuese bonita,
y cubrías las penas con una tela de felicidad.

Arropabas los temores con sonrisas,
y cosías las palabras para que no doliesen.

Pero todo eso terminó.

Ahora te vas con el atardecer,
ya no buscas las balas en el pecho,
ni decoras el alma con caricias.

Ahora huyes con escalofríos,
y abrigas las risas de otras historias.

CIGARETTESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora