7:00 AM

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Era sábado. Dos de la mañana. Las calles vacías y sólo se escuchaba el repetir de los pasos de Louis en las calles. Llevaba a su pequeña de seis años durmiendo en sus brazos y se maldijo a sí mismo por no conseguir un digno trabajo para poder comprarse un simple auto y no tener que andar cargando a su pequeña de esta forma. También maldijo a su ex novia por ni siquiera molestarse en ir a buscar a la niña y obligarlo a él a ir caminando hasta su casa en plena noche. Ahora estaba volviendo de la casa de su mejor amigo, quien también tenía un hijo. Habían ido con su hija a visitarlos, para entre los mayores tomar algo, charlar y despejar la mente, mientras los pequeños se entretenían jugando.

La vida de Louis era cada vez más miserable, pero estos tipos de momentos, en los que su mente se despeja y ve a su pequeña tan feliz, simplemente le hace pensar que la vida, tal vez, no es tan mala como parece.

Tenía un trabajo mediocre fregando los suelos de un bar. Y su sueldo le alcanzaba para, a duras penas, comer.

Su novia lo dejó cuando su hija tenía tres años, porque Louis quiso ser honesto con ella y con él mismo, y le confesó que era bisexual. Ella no supo tomarlo bien, y borró a Louis de su vida. Ni siquiera le permitía ver a su propia hija. Después de eso, Louis estuvo dos años sintiéndose “ahogado” y vacío a la vez. Lo único que le importaba era su pequeña, y se la habían arrancado de las manos.

Con el tiempo, su ex novia comenzó a ceder un poco, y recién ahora Louis podía pasar tiempo de caridad con su pequeño sol.

Ahora eran las dos y cuarto de la mañana. Louis llegó a la casa de su ex novia, ella le abrió la puerta y recibió a la pequeña dormida en brazos, sin dirigirle la palabra a Louis. Cerró la puerta, y Louis se encaminó a su casa.
Hacía frío y daba un poco de miedo la calle tan oscura y solitaria, a excepción de algún que otro auto que pasaba de largo.

Quedaban sólo cuatro cuadras para llegar a su casa, cuando un chico en bicicleta se frena a su lado. “¡Amor!” exclamó. Louis se quedó estático. ¿Qué carajos estaba diciendo?

El chico se bajó de la bicicleta y rodeó a Louis con sus brazos. Louis simplemente no entendía nada. El chico le parecía raro y grosero. ¿Es que esto es una broma, o el chico estará tal vez pasado de copas?

Cuando el chico notó que Louis no correspondía el abrazo, y eso los iba a delatar, le susurró al oído “Sígueme la corriente que ese auto negro te está siguiendo hace cuatro cuadras". Louis vio el auto y entendió todo. Correspondió el abrazo del chico, sintiéndose agradecido por haberlo puesto a él y a su bicicleta en su camino.

Se separaron del abrazo y el chico (que, por cierto, era muy alto, y muy guapo) tomó su bicicleta, y luego la mano de Louis, y comenzaron a caminar. Al cabo de dos cuadras, vieron que el auto ya no estaba siguiéndolos y Louis se frenó en la puerta del departamento en el que vivía. Miró al chico desconocido con una pequeña sonrisa de alivio.

“Muchas gracias por eso", dijo. El chico asintió con la cabeza con una ligera sonrisa y se estaba subiendo de nuevo a su bicicleta. “Espera", dijo Louis sin pensar. El chico de ojos verdes lo miró, y Louis se quedó mudo. ¿Cómo justificaba en voz alta que el muchacho le atraía un poco, y no quería que se vaya? “Yo… Tú… Has sido muy gentil conmigo, por favor, ¿quieres pasar a tomar una taza de café?”. El chico se bajó de su bicicleta riéndose por lo bajo. “Acabo de salvarte de que unos extraños te suban a su auto, ¿y ahora invitas a un extraño a tu casa?”

“Bueno, si lo pones de esa forma…” comenzó a decir Louis, buscando alguna forma de hacerlo pasar y no quedar como un desesperado. “Sólo bromeaba.” Lo interrumpió el chico. “Acepto tu café. Si te hace sentir seguro, podemos tomarlo aquí afuera.”
Louis negó con la cabeza. “No es necesario, hace demasiado frío aquí. Ven, pasa. Si intentas algo, déjame decirte que tendré el número de la Policía marcado.” Bromea y ambos ríen. Se hace a un costado después de abrir la puerta para que el chico pueda entrar su bicicleta. “Por cierto, me llamo Louis.” Dijo, mientras comenzaban a subir las escaleras del departamento. “Y yo Harry. Ahora no somos desconocidos.” Comenta y ambos ríen.

Llegan al mono ambiente de Louis, y a este le da muchísima vergüenza el desastre que es. Con su trabajo, a veces llega muy cansado para limpiar. Pero a Harry no parece importarle. Entonces ambos se dirigen a la cocina.

(…)

Luego de un café y una entretenida charla, llegó el momento de que Harry se tenía que ir. Estaban en la puerta del mono ambiente. Louis adentro y Harry en el marco de la puerta. Se estaba despidiendo, y Louis no supo si fue un impulso indeseado, o verdaderamente era la necesidad de dejar de estar sólo, aunque sea por una noche. No lo supo. Pero sus acciones fueron abalanzarse sobre los labios de Harry en un desesperado beso. Pero no fue eso lo que más le sorprendió a Louis, sino que Harry correspondió al beso de la misma manera. Eso lo tomó definitivamente por sorpresa, pero no iba a echarse atrás. Rodeó el cuello de Harry con sus brazos mientras le jalaba ligeramente el cabello. En un movimiento rápido, Harry lo tomó de los muslos y lo cargó, haciendo que cruce sus piernas en torno a su cintura y cerró la puerta a sus espaldas. Comenzó a encaminarse de a poco hacia el sillón que estaba junto a la mesa donde comieron. Se sentó allí, con Louis sobre su regazo, sin separarse del beso. Ambos necesitaban más, eso era un hecho.

Louis tomó coraje y le quitó la remera a Harry. Se tomó unos segundos para admirar el torso del muchacho, y luego comenzó a quitarse su propia remera lenta y vergonzosamente. Estaba seguro de lo que quería, pero era su primera vez con un hombre (sumando que es alguien que conoció hoy), y eso lo ponía nervioso. Sin embargo, había algo en la mirada de Harry que le daba la seguridad que necesitaba y prosiguió. Volvieron a unir sus labios y Harry comenzó a tocar (y luego a apretar) el trasero de Louis, haciendo que éste se aproxime más a él. Louis podía sentir la erección de Harry, y comenzó a frotarse lentamente sobre esta. Ante esto, Harry se dirigió al cuello de Louis para comenzar a besarlo entre suspiros. Louis iba aumentando la velocidad de la fricción, y Harry solamente se tiró sobre el respaldar del sillón, con los ojos cerrados, moviendo con sus manos las caderas de Louis.

Al cabo de unos minutos, Louis detuvo los movimientos, para bajarse del regazo de Harry y arrodillarse frente a él. Harry sabía lo que iba a hacer, pero no hizo movimiento alguno. Quería dejar que Louis haga las cosas por cuenta propia.

Este primero comenzó masajeando los muslos de Harry, para luego subir al torso y bajar a su miembro. Hizo repetidas caricias, y luego tomó la valentía de quitarle el pantalón y su bóxer. Miraba fijamente el pene de Harry, suspiró ante la excitación y, sin dudarlo, lo llevó a su boca. Harry estaba en el jodido cielo. Louis estaba, simplemente, dándole la mamada de su vida. Lo hacía de una manera tal vez inexperta, pero seguro de lo que hacía.

Antes de que llegue a la eyaculación, Louis se detuvo, y miró a Harry, este estaba con la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados y el ceño ligeramente fruncido. Louis comenzó a levantarse lentamente, terminó de desnudarse a sí mismo con la respiración agitada y el corazón acelerado, para volver a sentarse sobre el regazo de Harry, este lo miró, lo tomó de la cintura y volvieron a unir sus labios. Harry no iba a obligar a Louis, así que iba a esperar a que él tome la decisión. Llegado el momento, Louis comenzó a acomodarse sobre el miembro de Harry, y este lo ayudó. Una vez que ambos estaban seguros de lo que estaba por pasar, Louis comenzó a bajar lentamente sus caderas, haciendo que el miembro de Harry vaya entrando en él poco a poco. Louis cerró los ojos y emitió un quejido. Era demasiado dolor. Más del que se imaginaba. Harry intentó calmarlo, dándole suaves besos a lo largo de sus clavículas. Louis estaba temblando, pero no se quería echar atrás; por lo que respiró hondo y continuó bajando sus caderas.

Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos ante el dolor, pero había algo en el toque de Harry que lo lograba tranquilizar un poco. Luego de unos intentos más, logró que el miembro de Harry entrara por completo en él. Harry lo sostuvo allí, para que se pueda adaptar a él.

Cuando Louis estuvo seguro, comenzó a elevar y descender lentamente sus caderas. Harry estaba teniendo el mejor momento de su vida, y trataba de que Louis también, por lo que lo trataba de mejorar besándolo o acariciándolo. Era tan loca la situación. Acababa de salvar a Louis de que unos desconocidos abusen de él, y ahora lo estaba haciendo con, prácticamente, un desconocido. Pero a la vez sabía que Louis estaba dispuesto a él y, quién sabe, tal vez este encuentro al azar podía significar el comienzo de algo nuevo.

Louis logró finalmente adaptarse a Harry y ambos pudieron concretar el asunto a gusto. Sus jadeos inundaban la habitación y, cuando terminaron, lo único que quedaba eran sus cuerpos desnudos y sudorosos acostados sobre el sillón, unidos por un cálido abrazo.

… (Al otro día, eran las 7:00 AM cuando Harry se despertó y comenzó a buscar su ropa, Louis le murmuró entre dormido “quédate a desayunar". Harry se quedó. Y nunca más se volvió a ir.) …

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2018 ⏰

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