Sólo un sueño

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Los personajes de Gakuen Alice son propiedad de Higuchi Tachibana.

Advertencias: YAOI. LEMON. NatsumeXRuka.

Two-Shot

Sólo un sueño.

Parte I

. . . o . . .

En uno de los salones de la sección de preparatoria en Gakuen Alice, un par de chicos se encontraban descansando en sus respectivos pupitres, después de un ajetreado día de estudio. El más alto de ellos, un pelinegro de mirada color carmesí, leía tranquilamente una manga, el cual sostenía con la mano derecha mientras su izquierda le servía de almohada y sus piernas se encontraban cruzadas. A un par de asientos de distancia, se hallaba un chico de cabellera rubia y mirada azulada, quien -igual que su amigo- leía, pero un libro de ámbito académico.

Por momentos, la mirada azulada se desviaba de las letras grabadas de aquel tomo de Biología, para apreciar a su acompañante, quien ignorante, leía sin preocupación alguna. Al ver, que su amigo azabache no saldría de aquel trance provocado por la interesante manga, hablo:

- ¿Piensas asistir? -Fue la pregunta que soltó el chico de cabellera dorada y ojos profundamente azules.

El pelinegro sin apartar la vista de su lectura contesto: -Si.

-Ya veo -Una gran sonrisa se formó en el rostro del más bajo, al sentir una gran felicidad invadirlo-. ¿Paso por ti?

-No es necesario -La sonrisa se esfumo tan rápido escuchó la negativa-. Sólo esperaré a que Lunares deje de perseguir a Imai para ir a casa y después asistir con ella a la fiesta.

Su ceño se frunció levemente, como varias veces había pasado desde el día en que su "mejor amigo" comenzó a salir con aquella niña castaña. Sintió su sangre hervir y sus labios formaron una tensa línea sin apartar la mirada de su compañero. Claro, aquella sensación molesta, casi odiosa que sentía en su pecho no era otra cosa más que celos.

Pero no eran aquellos que sentías por tu amigo, al abandonarte tras ir con su novia en vez de pasar la tarde jugando videojuegos contigo. Todo lo contrario. Eran los mismos celos que el pelinegro sentía al ver a su pequeña castaña cerca de otro chico que no fuera él. Porque él lo sabia... lo sentía, por esa misma razón es que cada vez que eso sucedía, el rubio corría en auxilio de su amigo, para consolarlo por la incómoda situación.

Pero ante todo no la odiaba. No odiaba a la chica de ojos avellana que había cautivado el corazón del chico de mirada carmesí. Porque a él también le agradaban, la alegría y simpatía, además de la dulzura que emitían las sonrisas de aquella chica. Por eso, había decidido callar y controlar, los sentimientos y emociones que sentía por Natsume.

Porque era eso.

Ruka estaba profundamente enamorado de aquel chico con el cual compartió la mayoría de su infancia -por no decir toda-, y por quien velaba las 24 horas del día. Lo amaba, lo quería. ¿Y por qué no? También lo deseaba.

Pero él era feliz.

Era feliz a lado de Mikan.

Un fuerte dolor invadió a su corazón, quería llorar... quería levantarse y gritarle al chico pelinegro lo que sentía por él, he incluso podía rogarle por un poco de atención hacia su persona. Pero no. Eso provocaría que su "gran" relación con Hyuga se rompiera en pequeños pedazos, los cuales nunca podría volver a reconstruir.

Así estaba bien. Él era fuerte y podía cargar con aquel peso, siempre y cuando Natsume Hyuga fuera feliz.

-En ese caso -Habló nuevamente tratando de disimular su dolor y frustración-. Nos vemos más tarde... Dudo mucho que Tsubasa me perdone si llego tarde a su fiesta, ya que aún debo ir a hacer algunas cosas -Se puso de pie mientras se despedía de Natsume, para después dirigirse a la salida del aula que ambos ocupaban-. Suerte, sé que tu espera tardará más de lo normal.

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