Bien. Son las 5:30 pm.
Normalmente a esta hora de la tarde mi tio Macon y yo teniamos la pequeña tradicion de tomar dos tazas de cafe y un par de galletas que la Cocina nos preparaba para acompañar a la charla que formaramos en el momento, hablar sobre nuestras cosas y luego seguir con la antigua rutina, el en su oficina y yo nuevamente en mi habitacion con la compañía del diario.
Hoy, 20 de Julio, a mi tio se le ocurrio desaparecer desde temprano el dia y no volver a mostrar su cara por algun rincon de la mansion hasta que a mi me diera un tipo ataque cardiaco por no recibir noticias de el en estas casi 24 horas. Pero no.
Me quede tranquila en el supuesto lugar en donde nos encontrariamos, y en donde lo estabamos haciendo cada tarde desde que pise esta casa por primera vez.
Tome mi taza de cafe - La cual estaba casi por acabarse y un poco fría - Unas cuantas galletas y lo espere por una media hora mas o menos.
Alli, en el gran comedor de la casa - donde yo como mis otros familiares nos nutriamos de la comida de Cocina de forma pasiva, es decir, cuando ninguno llegaba de malhumor y formaba el ambiente en un campo de batalla - sentia una presencia no particular en los jardines que adornaban la imagen del ventanal delante mio.
Era un sentimiento inexplicable - si asi se le podia llamar - ya que todas las palidas hojas que ya se habian bajado de los arboles, se empezaron a mover armoniosamente con el supuesto viento que se estaba creando afuera. Frente a mis ojos, ahora las hojas como los arboles daban giros a la direccion contraria, llevando el enorme desastre de cesped y lodo que moldeaban hacia el ultimo cristal a mi derecha. Alli, tanto mi vista como todo mi ser se clavo. Deje caer la taza de cafe en torno al suelo, produciendo un horrible chasquido y suciedad de cafe por todas partes.
Las luces del lugar empezaron a parpadear, mi miedo se apoderó de mi ser ya que estas ni siquiera estaban encendidas porque el sol seguia alumbrandonos y aun no llegaba a ser tan oscuro como para utilizarlas.
El numero de hojas verdes se transformaron en pies, piernas y torso. Otra porcion de lodo se levanto y se transformo igual que las hojas, excepto que esta vez era en brazos, cuello y...
...Una cabeza.
Era un hombre, no. No era cualquier hombre, era el chico con quien habia tenido estas pesadillas que atacaban mi razon de calmarme desde principios del año.
El hombre. Se encontraba rectamente paralizado. Sus ojos no se podian ver claramente pero sabia que aun los tenia cerrado. Luego vi hacia su nariz, toda acabada - Al igual que sus orejas y su corta melena de lodo - hasta que me tope con su boca.
Estaba abierta. Su labio inferior era mas ancho y e hinchado que el superior. Sus gestos formaban sorpresa, no sabía si éste se podia mover o si tenía vida propia.
Al momento en que me levanté del asiento y con sigilosos pasos me acerqué hasta el cristal donde él posaba. Al estar mas cerca podía notar que su pecho - y las mil hojas que lo constituían - estaban en constante movimiento, respiraba aceleradamente con cada paso que yo hacía.
Cuando más cerca yo no podía estar de él. Abrió sus ojos.
Y gritó.
Gritó como si su vida dependiera de eso.
Era un grito de terror, de miedo. Necesitaba ayuda y yo no podia darsela. Queria extender mi mano pero no podia pasar el cristal, él estaba atrapado.
Me desperté.
"Esto no puede estar pasando" - Susurré para mi.
Estaba en la habitación que me habían dado por unas semanas a causa del accidente que sucedió en la otra. Mis actos de disgusto al pelear con mi tia, formaron una pequeña pero peligrosa tormenta adentro de ella, haciendo que así las paredes se quebraran y la cama se quemara al caer el mas fuerte de los relámpagos.
Dejé ese recuerdo atroz y volví a lo que estaba haciendo en el presente. Me levanté de la cama y fui directo al reloj que quedaba en el cuarto de baño. El único motivo por que lo tenía escondido en ese lugar era por si otro de mis ataques se generaba, mi querido reloj no saliera perjudicado. Era lo único que sobrevivió de mi vieja casa.
Hoy no llevaba ningún número escrito en la muñeca de mi mano. No quería saber de mi cumpleaños por unos días hasta que arreglara todo esto del chico ocupando estos pensamientos.
Me lave la cara y lleve mis ojos directamente hacia las manijas, no queria verme el rostro porque ya sabia que daba pena. Eran las 5:30 pm.
Un deja vu de este mismo dia. Era tenebroso, inexplicable.
No sabia cuando fue que tomé esta siesta, ni cómo supe que lo que me imaginaba hace unos minutos atrás era realmente un sueño o una pesadilla.
Arregle un poco mi vestido color violeta con flores negras y revisé si tenia mis zapatos negros. No los tenía.
Decidí salir del baño y volver a la habitación donde aguardaba mi cama sin hacer. La haría luego de volver esta noche.
Encontré los zapatos junto a mi puerta. No recuerdo haberlas puesto ahí, ni siquiera de habermelas quitado para irme a dormir.
Pero antes de terminar de ponermelas escuché unos susurros que provenían del piso de abajo, asi que ya estaba segura de que era mi tia peleando alguno de mis primos porque lo halló utilizando sus poderes en alguien inocente.
Espere a que el ruido cesara para poder abandonar el segundo piso.
Próximamente...
Escuché mi nombre.
Lena.
Lena.
Mi querida Lena.
No reconocia si la voz era de un hombre o de alguna mujer. ¿Era esto una broma o seguía durmiendo y aun no me daba por enterada?
No tenía tiempo para pensarlo. Iba a actuar.
Seguí el sonido de la voz hasta afuera de la habitación. Mientras mas caminaba por el pasillo mas cercana se oía.
Cada tres pasos y la voz aumentaba su volumen. Era como si me llevara por toda la mansión siendo yo la pequeña ilusa que seguía un sonido que no reconocia del todo, solo entendía que decían mi nombre.
Los susurros me hicieron perseguir la larga escalera hacia el piso de abajo. Las paredes habian cambiado a un color mas oscuro, entonces mi familia sabría que soñé algo distinto.
Lena.
Lena.
Volvi a hacerle caso a la voz que salía de algun rincón y caminé un par de pasos más.
Sin darme cuenta en cual de las habitaciones me estaba llevando, terminé llegando al comedor.
Pero ahora no sólo habia galletas y dos tazas de café preparados por Cocina. Ahora estaba una persona. Y no era cualquier persona.
Era mi tio.
Mi tio Macon.
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✽ Hermosa Realidad ✽ (Perspectiva de Lena Duchannes)
Teen FictionLuz. Oscuridad. Necesito. A. Ethan. Todo caster conoce la verdadera historia de Ethan Wate, pero ninguno sabría decirte como se sentía su amada: Lena Duchannes. Historia formada por una fan acerca del misterio/sentimientos que traia Lena antes y d...