Lamentos

Dolor.

El viento bramaba con fuerza anunciando el golpe final de aquella fiera batalla, el silencio reinó por unos minutos dando por finalizada aquella espantosa guerra, por fin todo había terminado.

Pero lejos de celebrar, el ambiente era de pena y luto. Todos quedaron en total silencio siendo testigos de aquella escena.

Y por fin un grito desgarrador resono con brutalidad en aquel campo de batalla. Gritando con desesperación y total dolor el nombre de su salvador, más que eso su único familiar.

" Yuu-chan."

El silencio se vio interrumpido por dos llantos femeninos, aterrados y  desconsolados.

Michaela sostuvo con desesperación el cuerpo aun tibio de su hermano,compañero y único amor.

Inerte el cuerpo de aquel bello chico se encontraba cubierto de sangre y en su pecho aun se podía apreciar  la herida de aquella lanza que atravesó en último instante su corazón terminado con su vida de inmediato.

Los soldados bajaron sus armas y se inclinaron como señal de respeto al chico que había entregado su vida por ellos, había luchado por proteger a quien amaba, por sus ideales y sobre todo por la paz.

Su único deseo era protegerlos, cuidar de su familia y brindarles un futuro uno donde pudieran ser felice.

Shao ahogó un grito de dolor mientras se aferraba a su amiga rubia ambas lloraban sin control, todo el escuadrón estaba en total shock, la pena les invadía.

Pero quien estaba realmente agonizando era Michaela, sus gritos de dolor no expresaban el sufrimiento por el que pasaba una pena que le partía el alma y le hacia sentir tan humano, frágil e indefenso.

Se dice que los vampiros no sienten dolor sentimental, que no pueden amar y no tienen alma...Pero el alma de aquel rubio se le escapaba en cada sollozo y cada desgarrador jadeo.

"--Despierta, abre los ojos idiota...
¡No puedes dejarme sólo Yuu-chan!.--"
Su voz temblaba en cada oración aun incrédulo de la situación acariciaba el angelical rostro de su compañero, sus lágrimas habían ya empezado a mojar el rostro ajeno que con cada minuto perdía más calor, el azabache parecía dormir, era como si en cualquier momento sus hermosos ojos se abrirían y su deslumbrante sonrisa les diría que todo era una broma, pero eso no sucedería.

"-- Te necesito..Ellos te necesitan..
¡Tu familia! Prometiste no dejarme sólo...Yuichiro.--" pronto la cordura de aquel vampiro comenzaba a desaparecer, debía ser todo un sueño, una terrible pesadilla. Era algo tan irreal no podía perderlo.

Los minutos pasaron y el cielo comenzó a oscurecerse, las nubes anunciaban una terrible tormenta, era tiempo de irse.

Gūren silencioso se acercó a aquel vampiro, si lo dejaba seguir ahí perdería la cordura por tanto sufrimiento, debía poner un alto a pesar de sentir un inmenso dolor propio, posó su mano en el hombro ajeno intentando hacerlo entrar en razón.

-- Dejalo, no lo culpes. Su deseo fue cumplido ahora déjalo descansar.-- La voz de Guren era fría pero en el fondo estaba llena de pena e impotencia. Aquel joven chiquillo era como su hijo.

Pero no recibió respuesta alguna,
Michaela sólo le miro con odio, sus ojos carmesí  ardían en furia, dolor y un inmenso deseo de venganza, sentía que todos eran culpables de su pérdida, nadie era digno de un mundo sin guerra la única persona que lo merecía era Yuu-chan y ahora se había ido, nadie merecía llorar su muerte más que el..nadie merecía estará vivo.

Esos pensamientos no eran más que delirios por su pérdida, volvió apresar en sus brazos a su amado ignorando a cualquiera, no los dejaría apartarlo de el, ni siquiera les permitiría que tocarán su cuerpo, permanecería ahí con el hasta desfallecer, la muerte de Yuu-chan era su muerte también.

" Desearía que todo fuese un sueño, que el tiempo se hubiese equivocado y que el destino no escribiera jamás los echos ocurridos, quiero permanecer eterno con el único amor que e tenido...Que todo sea un simple sueño."

Un trueno iluminó el cielo cegando a todos a su alrededor y Michaela sintió un sobresalto, la luz lo deslumbró por completo.

"Michaela, es tiempo de despertar."

El rubio abrió sus ojos exaltado, jadeante y sudoroso, sus ojos aun tenían rastos de lágrimas de aquel terrible sueño.

--¿Estas bien, Mika?.-- Una voz familiar lo hizo por fin regresar a la realidad, un azabache de hermosos ojos estaba parado en el marco de su puerta, preocupado por los gritos que soltó dormido.

El azabache camino dentro de la habitación y se sentó a su lado, preocupado llevo su mano a su rostro y limpio las lágrimas que aun había en el.

--¿Mika?.-- volvió a preguntar por no obtener un respuesta  y cuando menos lo espero su compañero de departamento lo apreso entre sus brazos con tanta fuerza que le hizo soltar un quejido.

--Te amo Yuu-chan.-- El rostro del azabacache ardió por aquella repentina declaración...
¿Qué? Su mejor amigo estaba un raro el día de hoy.

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Quizá Lord Time y Sr Dreams se apiadaron de su dolor, briandole una nueva oportunidad para poder vivir su amor.