Zayn cambiaba sin mucho ánimo los canales en la televisión. Realmente no le gustaban éstas fechas, menos desde que su novio llamó por teléfono para avisarle que su vuelo se había retrasado y no llegaría hasta mañana al medio día. Estaba tan emocionado, esa sería su primer cena juntos a pesar de sus siete años de relación. Además, estaba planeando celebrar su aniversario con una romántica cena sorpresa en el restaurante más elegante de la ciudad.
Ahora todos sus planes habían sido desechados, ¡muchas gracias, familia Payne!
Así que ahí estaba, viendo un aburrido programa de comedia barata que trataba de dar un lindo y nada útil mensaje navideño.
Sus ojos se fueron cerrando poco a poco, el ruido de la televisión volviéndose cada vez más lejano e incomprensible.
...
El timbre de su teléfono era molesto, ¿por qué nadie podía apagarlo? Necesitaba dormir.
Abrió con esfuerzo los ojos, recordando que se encontraba solo, en navidad. El timbre dejó de escucharse, por lo que aprovechó para estirarse y tronar su cuello; seguro de que estaría entumido por un buen rato. Cogió el control remoto y apagó la televisión, sin darle la mínima importancia a lo que sea que estuvieran transmitiendo.
Su móvil volvió a sonar, ésta vez identificó la melodía exclusiva para su novio. Atendió con pezades.— ¿Sí?
— Z, ¿qué estás haciendo?— El castaño sonrió del otro lado de la línea cuando su respuesta fué un somnoliento quejido. Le parecía tierno que su nene encuentre productivo el dormir al no estar él alrededor.— Louis ha estado llamando y no le respondes. Ve por él, seguro que se muere de frío.
De verdad iba a matar a su mejor amigo, le había dicho que tenía planes a solas con su pareja, por lo que no quería ser molestado ésta noche, razón por la que no fué avisado sobre sus cambios (o mejor dicho, cancelaciones) de planes. Seguía sin querer ser molestado.
— Anda, Zy, no seas un amargado y abre la puerta. Nos vemos mañana, cielo. Te amo.
Antes de que el moreno pudiera responder, la llamada fué cortada.
Pasó las manos por su rostro y se puso de pié, fastidiado. Abriría la puerta sólo para hacer marchar a su amigo.
— ¡Por fin, dos minutos más y se me congelaba el trasero.— Louis se abrió paso, entrando a la calidez que la casa de sus amigos proporcionaba sin hacerle el menor caso al moreno que intentaba hablarle.— ¿Aún no estás vestido? Vamos, hombre, corre y ponte algo más presentable.
— Eso es lo que trataba de decir, Lou. Ya te había dicho que tenía planes, así que no puedo ir con-
El ojiazul interrumpió su boba excusa, girándolo y encaminándolo a su recámara.— Eso no funcionará, chico. Liam nos ha llamado para informarnos, tenemos órdenes claras de sacarte de la casa y tu miserable estado. Tienes cinco minutos para cambiarte, o entraré por tí y te llevaré con lo que traigas puesto.— Cuándo su amigo por fin entró, lleno de quejas y reclamos, él se sintió realmente bien. Miró de un lado a otro, sonriendo y ocupando su tiempo mientras esperaba.
...
— Estaba preparándome para arrastrarte hasta al auto, ¿sabes?
Malik miró por la ventana del auto, suspirando pesadamente.— Lo sé, por eso es que me arreglé tan rápido; no quería salir desnudo.
