Primer día en casa.

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Tauro se encontraba en el salón de la casa con sus típicas gafas de sol al revés y su chaqueta de rugby azúl.

— ¡Y así se hace un collar de macarrones!

Le gritó a su móvil, que se apoyaba sobre una de las mesas de la sala. Sujetaba entre sus dos manos lo que parecía un hilo lleno de pasta.

— Tauro. ¿Qué haces?

Detrás de él apareció Libra, vestida de manera casual y leyendo un libro de cubierta roja. Alzó la ceja frenando en seco, y se quedó mirando curiosa a su mejor amigo.

— Un vídeo.

Libra cerró el libro y lo sujetó con solo una mano. Se acercó al móvil y lo tomó con su mano libre. Observó la pantalla en negro y se la enseñó a Tauro.

— Ni está encendido. -Lo volvió a dejar en la mesa y lo observó neutra.

— Jo... -Hizo una rápida mueca de disgusto. Y después tomó un macarrón de su collar- ¿Quieres?

Ella rodó los ojos y se encaminó al baño sujetando fuertemente el libro entre sus manos.

— Si me buscas, voy a estar en el inodoro hasta terminar el libro.

Se encerró dentro, con pestillo también y dejó fuera a Tauro comiendose el collar. Con el hilo incluido.

. . .

— ¡Sácalo! -gritaba Sagitario entre asustada y estresada- ¡Anda! ¡No lo hagas más difícil, y sácalo!

— ¡No jodas, tía! ¡¿Por qué has dejado que lo haga?!

— ¡Porque quería ver hasta dónde llegaba! ¡Cómo de profundo era!

Sagitario junto a Escorpio abrían la boca de Piscis con fuerza para intentar sacar algo de su garganta.

— ¿Por qué le has lanzado una cuenca a la cara? -Sagitario observó enojada al griego.

— ¡Porque dijo que tenía un don! ¡Que sabía coger cosas enanas con las pestañas! -respondió metiendo los dedos en la boca de la pez.

— ¡Eso lo dice siempre que se presenta a alguien, imbécil!

— ¡Dejen de gritar! -Leo abrió la puerta de un golpe, vestida con una túnica, y con la cara llena de aguacate.- ¡Así no me puedo tomar mi siesta reparadora! ¿Creen que mi belleza es natural?

— ¡Lo conseguí! -con un último tirón fuerte, Escorpio sacó bruscamente el objeto de dentro de la chica.

La cuenca salió volando por los aires y acabó dándole en la cara a la leona, noqueándola.

— ¡Oh, genial, de maravilla! -Virgo apareció frente al cuerpo inerte de Leo, con una taza de té entre sus manos.- No pienso llevar ningún cadáver más a la basura, Sagitario. La última vez acabó por despertarse justo cuando se me había bajado la bragueta.

— A mí no me mires. -Sagitario salió de la habitación, saltando por encima de Leo.- El culpable de todo es ese.

Antes de alejarse señaló a Escorpio.

— ¡Señor Bolita! -gritó Piscis, alzándose para irse al pasillo.

Pasando por encima de Leo se abalanzó sobre el dragón de cómodo y empezó a darle besos por toda la cara.

— ¡Aich! -Despertó la leona pasando una mano por su estómago.- ¿Y si estoy embarazada qué? ¡Has matado a mi bebé!

— ¿Cómo que estás embarazada? -Virgo levantó a Leo por los codos, tirando al suelo la taza.

Residencia ZodiacalWhere stories live. Discover now