Omma

"- ¡Deseo casarme con Kunpimook, omma!"

Desde hace cumpleaños, JinYoung, supo que su hijo seria "diferente." No solo estaba el hecho de que el menor, le había dicho que quería a su mejor amigo, si no que lo grito en cuanto apago las velitas de su pastel, levantando sus bracitos lo mas que podía, en cuanto a BamBam, como solía decirle de cariño, lo abrazaba mas que alegre, le quería mucho, igual que le pequeño YuGyeom, y le encantaba la idea de que YuGyeom hiciese lo mismo que hizo su padre con su madre, casarse con él, sería lo más hermoso que podría tener en su corta y larga vida...

Para su desgracia, el pequeño Kunpimook, se marchó a Tailandia, deprimiendo a ambos niños, a JinYoung, no le molestaba en lo absoluto que su hijo, fuese diferente, lo seguía queriendo tal cual, era su hijo y eso no le quitaba lo que era, un lindo, dulce, tierno, e inocente niño, en cuanto a los padres de Kunpimook, no sabia del todo el por qué se habían marchado, su idea fue el que no querían que su hijo fuera mal influenciado por su pequeño Gyeomie, ya que cuando YuGyeom grito aquellas palabras, muchos de sorprendieron y empezaron a tomar a sus hijos e irse, y el caso de la familia de Kunpimook, no fue la excepción...

Le sorprendió el hecho de que se fuesen del país, no lo olvidaría, ese día su pequeño niño, llego llorando, contándole lo que su mejor amigo le había dicho, y el como es que su deseo no se iba a cumplir, por que BamBam se iría lejos, y por que sus padres no lo querían cercas de él...

Que se fueran por querer cuidar a su hijo de algo que no estaban de acuerdo, lo entendía, pero, lo que no permitía, en lo que no estaba de acuerdo, era que al pequeño Kunpimook le dijeran que estaba mal ser así, que no querían a un niño como él...

Su pequeño se la paso muy mal por un año, y no por las cosas malas que le decían sus compañeros, si no por la ausencia de su mejor amigo, un año muy difícil para él, ya que nadie le hablaba, no era diferente a antes, antes no hablaba con nadie, a excepción de BamBam, su mejor amigo, YuGyeom, no le afectaba para nada el que le dijesen: "raro," "mal hecho," entre tanta cosa, lo que le dolía era no tener a su amigo, y que le dijesen que por su culpa se fue o que por ser lo que es, se fue lejos, eso le dolía más que las bromas pesadas que le hacían, mas que los golpes que recibió por niños mas grandes que él...

JinYoung, veía llorar a su pequeño niño, no por los golpes, no por las cosas malas que decían de él, si no por que no tenia a su mejor amigo... Le dolía verlo así, por eso, siempre jugaba con él, platicaban, y cada vez, veía a un YuGyeom, seguro de sí mismo, un YuGyeom, sin miedo a decir lo que era, un YuGyeom, feliz y orgulloso de sí mismo...

Para el año y medio que paso de la perdida de Kunpimook, YuGyeom, con sus once años, de muy buenas calificaciones y sin causar problemas, regresaba a casa, con alguien acompañándolo, JinYoung, observaba por la ventana, tenia mucho que su pequeño regresaba con alguien, YuGyeom, estaba nervioso, se le veía, pero aun así reía y hablaba con el castaño, el cual estaba mas que sonriente, por la pequeña platica que tenían...

Cuando entro su hijo a la casa, esperaba con ansias que le contara, como había sido su día, que le contase de su nuevo amigo, por que sabia que eso era lo que necesitaba YuGyeom, un amigo que le comprendiese, a demás de su padre, pero... no le conto nada, supuso que a lo mejor y el niño solo lo vio en la calle y lo acompaño, o, YuGyeom, no se sentía cómodo con él...

Eso le bajaba los ánimos a montones.

Pero no estaba para rendirse, estaba para su hijo, así que siguió su día, y hacer lo que mejor sabia hacer, ser paciente y comprensivo con su Gyeomie...

JinYoung, se sentía un acosador, no lo malinterpreten, es solo que todos los días, faltando dos minutos para que llegara su hijo a casa, se ponía en la ventana a esperar si su hijo regresaba con aquel niño, y así era, aquel niño, siempre volvía con su hijo, en cierto punto hasta sentía que le cuidaba en su ausencia, le hacia feliz saber que YuGyeom, empezaba a socializar de nuevo, a pesar de que su hijo nunca le comentase de su nuevo amigo.