Me encontraba en medio de un centro comercial, lo solía visitar frecuentemente, tuve una especie de lapsus mental en donde no estaba seguro que estaba haciendo, creo que le ha pasado a todos almenos una vez, esa sensación en la que tu cuerpo estaba actuando de manera automática y cuando te das cuenta sientes ese vacío en tu memoria, y tienes que intentar reconstruir tus movimientos para saber que es lo que seguía.
En mi caso, mire mis manos, tenía una bolsa de supermercado, y un café en mi otra mano, y me encontraba frente a una cafetería, al ver la marca en el vaso supe que lo acababa de comprar, de pronto recordé todo, estaba ahí para hacer las compras de la semana, para mi, y para mi hija, tuve que comprarme el café porque no había podido dormir bien en la noche, unos ruidos muy fuertes no me dejaron dormir, pero no tenía forma de callarlos, eran de esos ruidos que aunque no te dejan dormir, de alguna forma te vas acostumbrado, como el chillido de un grillo, o el canto de un búho, a la larga puede sonar hasta desesperante y vacío si no los tienes contigo por la noche.
Tomé asiento en una banca pública del centro comercial, para poder tomar mi café, y mientras hacía una de las cosas que mas me gustaba, sentarme a observar a la gente, he intentar averiguar lo que mas pudiera sobre ellos, con tan solo verlos, por ejemplo, una mujer pasaba con su hija pequeña agarrada de la mano, la niña estaba viendo a su madre, tenía una expresión de disgusto y frustración, típicas de un niño que no quiere estar en algún lugar, que fue obligado a estar ahí, he visto esa mirada un sin fin de veces en mi hija, la señora mostraba una cara de incógnita, de duda, y de confusión, parecía estar buscando algo en el centro comercial, parecía algo preocupada y apresurada así que supuse era urgente, la niña también se veía cansada, así que debían haber estado haciendo eso por un buen rato, me fijé en lo que la señora miraba, veía tiendas de juguetes, y su mirada se detenía en los juguetes para niños, una vez que su mirada y ella se detenían en un juguete, la señora sacaba su celular, y la niña se embobaba con los juguetes, y le decía a su madre que quería uno, la señora mostraba una cara de disgusto a lo que su hija le decía y la ignoraba mientras alternaba su mirada entre su celular y el juguete que veía, luego simplemente seguia caminando, a juzgar por como vestían la niña y la señora, iban alguna fiesta, ya que ambas usaban vestido, no parecía para trabajo, sino más bien para gala, la niña iba muy arreglada poco común para su edad, ya que no parecía tener más de 8 años, supuse que iban a ir a alguna fiesta, así que di mi veredicto final.
La mujer es una empresaria o mínimo oficinista que trabaja todo el día, pero sin embargo tiene dinero, por lo que su puesto es importante, su hija siempre se queda encargada a alguna niñera ya que no parecían tener una relación fuerte, por como la señora se desesperaba por lo que era un comportamiento normal en una niña de su edad, la señora necesitaba urgentemente el juguete para niña, por lo que la fiesta a la que iban era una de cumpleaños para una niña pequeña, nadie se viste tan elegante para una fiesta de niña pequeña, por lo que esa fiesta era importante, seguramente de algún jefe, o persona de la cual su felicidad le beneficiara a la señora, entonces trataba de encontrar un juguete muy especial y caro, ya que eso es lo que se detenía a ver, así que el juguete era para hacer feliz a la niña y dar el mejor regalo de la fiesta lo que provocaría una buena impresión en su jefe y se prestara a una conversación en la que saliera beneficiada, sin embargo por muy posiblemente tener una personalidad muy perfeccionista lo habría estado buscando por mucho tiempo, al creer que lo encontró, lo habría guardado con anticipación, pero de alguna manera se habría enterado de que a la niña le esperaba un regalo mejor el mismo día de la fiesta, por lo que ese mismo día salió con su hija desesperadamente para ir a comprar el regalo perfecto.
Y después de hacer toda mi observación, le di un sorbo a mi café.
La gente normalmente piensa que me quedo divagando en la nada cuando me siento y observo a la gente, pero en realidad me gusta analizarlos, se que podría ser raro, pero es bastante interesante lo que uno puede aprender de las personas, aún así no interactúe con ellas, de hecho, muchas veces conocí muchísimo mejor a mi hija, observándola a la distancia que hablando con ella frente a frente.
Al terminar mi café y analizar unas cuantas personas más, procedí a levantarme del banco he ir a mi auto en el estacionamiento del centro comercial, al subirme a mi auto decidí darle una sorpresa a mi hija, porque al igual que yo había pasado mala noche, y pienso que un café a una niña de 11 años no es la mejor idea, así que pase por una heladería, me había dicho que adora el helado así que me detuve en una heladería y compre 2 litros de helado de chocolate, lo subí al auto, y me dirigí a mi casa.
En el camino me encontré con muchos de mis alumnos, y alumnas, al ser profesor de primaria por tantos años, en un pueblo tan pequeño, uno se encuentra alumnos y ex alumnos hasta debajo de las piedras, yo me considero una persona muy amigable, y la gente dice lo mismo de mí, así que a pesar de que dejaba de ser maestro de mis alumnos, siempre mantenía una muy buena relación con ellos, algunas alumnas a las que le dí clases cuando niñas, hoy ya eran todas unas señoritas que me invitaban una copa de vez en cuando, y otras a sus fiestas de cumpleaños, en un pueblo tan pequeño y siendo profesor uno conocé a tanta gente y la vez crecer día a día, y alguien tan observador como yo disfruta eso muchísimo, yo le llegué a dar clases desde al que me atiende en el supermercado, hasta el mismo dueño del supermercado, así como ahora también le estaría dando clases a sus hijos e hijas, con los que a pesar de su corta edad, también podía generar un gran lazo de amistad.
Con mi hija era así, pero hace poco hice algo por ella que la molesto bastante, y me dejó de hablar, ahora esta muy molesta, y esperaba que el helado la calmara un poco, y la hiciera sentir un poco mejor.
Pronto me acercaba a mi casa, y ansíaba ver la cara de mi hija cuando le dijera lo del helado, se que le gustaría, ya que en la escuela, en las fiestas y en las reuniones siempre pedía helado de chocolate, era su delirio, le encantaba, así que como padre preocupado por la relación de mi hija quería darle algo que hiciera que me volviera hablar, y que hiciera que nuestra relación sea como antes.
Llegué a mi casa con mucho entusiasmo, abrí los 3 seguros de mi puerta, y la volví a cerrar como era debido, no entiendo a la gente que deja la puerta de su casa sin seguro, o peor, con la puerta abierta, bajé las escaleras hacía el sótano muy rápido con el bote de helado, sabía que enserio le gustaría, o al menos eso estaba esperando, empece a quitar los candados y cadenas de la primer puerta, con muchísimo entusiasmo, ya no aguantaba el momento de ver su cara, ya que no la veía desde ayer en la noche, y yo en serio amaba a mi hija, mi niña.
Abrí la primera puerta, y bajé las escaleras hasta el sótano secundario, que enrealidad era un bunquer de la segunda guerra mundial, Anti bombas, fue una muy grande sorpresa cuando lo descubrí al comprar la casa, hace muchísimos años, cuando tuve a mi primera hija.
Abrí la escotilla del bunquer, para ver a mi hermosa hija, y darle su helado.
Cuando por fin bajé a dárselo, ella no me esperaba con entusiasmo como yo, si no que estaba desconsolada llorando en una esquina del bunquer, me hacer que a darle el helado para hacerla sentir mejor pero solo comenzó a llorar más, no me gustaba que llorara tan alto porqué podrían escucharla mis vecinos y pensar mal de mí como padre, entonces mi entusiasmo cedió, y me sentí mal por verla así, así que me acerqué y le pregunté si le dolía mucho el grillete que tenía en su tobillo.
Ella solo me respondió
- ¡Aléjate maldito mounstro...! -.FIN
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Amor de un Padre
Short StoryVer desde la perspectiva del victimario siempre es interesante...