El espejo es mi enemigo. Roba mis colores hasta secarme. Mi voz desaparece y mis demonios se apoderan. Veo arder la pizca de confianza que he conseguido acumular al encararlo. Es extraño, es como ver una marioneta, no soy yo pero está a mi merced. No puedo escapar. Respiro y continuo. No puedo permitirme parar, quedarme a solas con el espejo. Este no es solo un objeto, son palabras que rapidas como balas me atraviesan sin que nadie se inmute. Si caigo y no hay nadie para oírme ¿he caído? No resistiré las dudas ni las preguntas, los nombres, el rechazo.
Tengo miedo
No soportaré ser divisado así por lo que lo escribiré en un papel y pasaré las horas viendolo arder. Pues ante todo respiro y dará igual a quien tenga que dejar atrás. Seré feliz al fin. Estaré vivo. Pero primero estoy solo con mis miedos ante el espejo.