PRIMERA PARTE

41.2K 2.7K 5.2K
                                    

Los Ángeles, California

Louis estaba muy borracho, el haber bebido todo lo que le ofrecían no fue buena idea. Pero no se podía arrepentir la estaba pasando de maravilla. En una fiesta de un chico popular del cual ha estado enamorado desde la preparatoria.

Harry era su nombre, el chico con un hermoso cabello rizado y unos ojos verdes que hipnotizan a cualquier persona. Pero el se sorprendió cuando el ojiverde se acercó a él agarrando su cintura.

—Hola bebé.—dijo Harry mandando escalofríos por todo su cuerpo.

—H-Hola.—se sentía tan estúpido por tartamudar pero no siempre te habla el chico del cual llevas años enamorado.

—Estas muy lindo.—habló mordiendo su labio.

—¿En serio?—el dudaba de lo que el rizado le decía. No podía creer que él le dijera lindo.

—Por supuesto que si, bebé.—dijo acercándose más al cuerpo del castaño.

—T-Tú también eres muy lindo.—tartamudeó un poco pero era la verdad, Harry era muy hermoso.

—No tanto como tú. —el rizado amo como las mejillas del castaño se tornaron rojas—. ¿Quieres bailar?—preguntó volteando al ojiazul para mirar esos hermosos ojos azules.

—Si.—el castaño agarró la mano del rizado y se fueron a bailar.

Bailaron un rato en el que el ojiazul sabia muy bien como mover las caderas. El baile se acaloro y ellos ya estaban sudando. El rizado estaba caliente igual que el castaño así que lo único que pudo hacer es llevar la diversión a otro lado.

—Que dices si nos divertimos en otra parte.—habló jalando de la mano del ojiazul hacia un cuarto.

—Claro.—se dejó guiar por el rizado quien cerro la puerta con seguro apenas entraron.

El ojiverde empezó a quitarse su camisa para luego besar al castaño. Los besos fueron bajando hasta que empezó a dejar chupetones en su cuello.
La ropa fue desapareciendo y ellos se encontraban en la cama con un rizado frotándose con Louis simulando embestidas.

Se quitaron la última prenda que los separaba y el ruloso se separó del castaño para agarrar el lubricante. Derramó un poco en sus dedos y lentamente lo rodeó en la entrada del ojiazul. Metió un dedo dentro y rápidamente el castaño empezó a gemir ruidosamente así que metió un segundo y tercer dedo. Subió su mirada para ver a Louis y casi se corre ahí mismo. El castaño estaba mordiendo su labio inferior y sus mejillas estaban muy rojas por el calor.

Era lo más hermoso que había visto en toda su vida.

Agarró el lubricante y se empezó a masturbar con solo viendo al castaño. Retiró sus dedos y empezó a meter su miembro muy despacio hasta que llego a fondo. La boca del ojiazul se abrió pero nada salió de ella.

—Muévete, p-por favor.—no sabia como pudo hablar pero lo hizo.

El rizado empezó a moverse sacando su miembro y volviendolo a meter llegando asi más a fondo.

—M-Más. —el ojiverde calló a Louis besando su hermosa boca.

El castaño llevo sus manos a la espalda del rizado enterrando sus uñas sabiendo que le dejaría marcas pero no le importó. Prontó el rizado tocó su próstata y ahí si vio estrellas, se corrió en ese mismo instante pues el placer era tan grande.

El ojiverde vió la cara de placer del ojiazul y como sus paredes apretaron su miembro, que ya no pudo contener su orgasmo y se vino llenando al ojiazul con su corrida.

Eddie - Larry Stylinson M-preg Donde viven las historias. Descúbrelo ahora