SADOMASOQUISMO DE BOLSILLO

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Siendo una muy bella cincuentona, adinerada, viuda y con hijos mayores ocupados en sus propias familias, se puede dedicar a lo que siempre se deseó secretamente: cultivar el sexo como una de las bellas artes. 

Siempre lo disfruté, y nunca le faltaron buenas parejas. Pero ahora quería algo más. "Es hora de hacerlas todas", se dijo.

Se lanzó entonces una exploración exhaustiva de las tantas posibilidades y posibilidades que ofrece el sexo, y todo lo que se puede hacer entre un hombre y una mujer, una mujer y dos hombres, dos mujeres o más, algunos de genero indefinido o en transición con hombres y mujeres en cantidad a gusto, etc.

Se entregó sin miramientos a los goces de la carne, y se armó a los encuentros pasivos con la precisión de un exquisito chef que elige con esmero los ingredientes de sus recetas y cuida detalladamente los procedimientos a fin de maximizar resultados placenteros. Pero luego de haber probado reiteradamente todas las variables, quise algo más, según le indiquen su naturaleza de mujer ambiciosa que nunca se ha quedado con las ganas de nada.

Le quedé por delante el ancho terreno de las supuestas "perversiones", que le atraen tanto o más que las prácticas consideradas "normales". Pero en esto no hay nada más arrojo como en las otras prácticas. Siempre terminaba pareciendo muy conservadora para sus eventuales compañeros / as, generalmente aéreos en el lugar del llamado "sexo extremo". ¿Por qué no aburrir como un hongo en su primer intento con el "Voyeurismo": no concebir que alguien se divirtiera observando como otros que tienen sexo, y fue incapaz de comprender que sus acompañantes en la parte oscura? pusieran como locos. Ella había obtenido más excitación viendo películas pornográficas sola. Incluso, con él, lo rechazé,

En cuanto a la pedofilia, apenas una vez tuvo una relación agradable con un menor. Cuando se repitiera, se entreteniera el niño se contagiara a sus padres, y se publicará una demanda judicial por la corrupción de menores, la deuda pública y la neutralización de costos por parte de los abogados de Esther.

No mejor le fue con el "Bondage", eso de atar a alguien como a un paquete y luego someterlo a todo tipo de prácticas sexuales. Quedó con los huesos doloridos y marcas de correas en todo el cuerpo. Del fetichismo ni hablar: su amiga experta en tales asuntos trató de incentivarla mostrándole su colección de profilácticos usados, la de medias de hombre y la de cepillos dentales incautados a sus amantes. Apenas consiguió que Esther consintiera en iniciar alguna "colección" parecida cuando tuviera oportunidad. Dada la gran actividad amorosa que registraba en aquellos días, desarrollada en distintos domicilios, al cabo de un tiempo poseía una buena cantidad de esos pequeños anuncios con un imán al dorso que se pegan en las heladeras. Fue lo único que se le ocurrió, y por mucha voluntad que puso, aquello no la excitaba en lo más mínimo.

Comenzó a sentirse frustrada; le faltaban experiencias extremas y audaces. Intentó con el Sadismo, pero no fue bien visto que interrumpiera la sesión de azotes a la que una chica sometía a un hombre, para ponerle apósitos y consolarlo maternalmente por su infortunio. Y otra vez le rechazaron su oferta de sexo oral (tanto como para hacer algo), porque ahí lo importante era causar dolor, no provocar placer. Cuando alguien intentó pegarle a ella, no tuvo mejor idea que retribuir el primer golpe que recibió, y la echaron de la "reunión", por inadaptada.

Cuando no le quedaba mucho por intentar, creyó que su error consistía en lanzarse de lleno a esas prácticas. Tal vez sería mejor avanzar despacio, explorando esos terrenos lentamente.

Por eso la sorpresa de uno de sus amantes cuando, antes de empezar el acto sexual, ella sacó una cajita con tachuelas de su cartera y comenzó a distribuirlas espaciadamente sobre la cama.

-"Es que así puedo acostumbrarme de a poco..."- argumentó ante la extrañeza de su compañero. -"Y prepárate para la semana que viene, porque si quieres hacerlo conmigo otra vez vas a tener que usar un calzoncillo de papel de lija que te estoy preparando"- le explicó Esther, muy entusiasmada con la nueva posibilidad de llegar a esos extremos que la atraían: despacito, de a poco. En un año y medio aproximadamente, calculaba ella, sería una sado-masoquista consumada.

Porque con perseverancia e ingenio todo se obtiene. 

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⏰ Last updated: Dec 26, 2018 ⏰

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