Quien nos define, que nos define, y como nos define. Cada persona se define como es, se presenta como quiera y como le conviene, se presenta con su viva imagen de su alma. Si esa alma cautiva, enamora, impresiona, lo más probable será que nunca quieras soltarla, que no la quieras dejar nunca. Otras personas no quieren o no le dan importancia, o nunca terminan de explorar el alma, la luz interior de una persona, y eso los lleva a soltarla, e incluso esperamos olvidarnos para no volver a ver ese ente nunca más. Todas estas situaciones llegan a las despedidas. Pueden ser despedidas emotivas, tristes, alegres, e incluso despedidas que no son despedidas, ya que las circunstancias llevaron a un conflicto que pudo haber terminado de la peor manera, esa es la despedida más dolorosa, la más desgarradora. Despedirse puede ser mas complicado y complejo de lo que parece, y duele despedirse de ese algo a que nos aferramos, o a acostumbramos con tanto cariño, a algo que no sabemos si volveremos a ver otra vez.
Las despedidas siempre tienen un cargo emocional bastante intenso, a veces no, y a veces poseen más odio que simplemente saca lo peor de nosotros, provocando más odio. Nunca es fácil despedirse de algo o de alguien, una persona, una etapa en la que ya cumplimos un ciclo, una relación de cualquier tipo. Cada una de estas despedidas se cargan con todos los recuerdos que siempre miramos con cariño, con amor, con pasión, con alegría, con tristeza. Uno siempre mira hacia atrás, y recuerda esa nostalgia de todo lo vivido, mira su presente, y ve en lo que se convirtió, y en todo lo ese pasado que lo formo como es, sea como sea esa formación.
Cada persona es como es por lo que vive, y a veces las personas que se despiden, o las que no lo hacen, dejan un gran vacío que cuesta llenar, y con el tiempo ese vacío se amolda a nosotros, transformando nuestra fortaleza interna en un meta robusto e imbatible. Porque, aunque a veces uno no lo vea, nuestra alma siempre se rompe, con despedidas, desilusiones, tradiciones, y cada cosa que nos recuerda esos momentos, hace agrietar más nuestra alma y nuestro corazón, cayendo en la más profunda angustia, tristeza y desolación. Pero, cuando logramos seguir adelante a pesar de todo, nos volvemos mucho más fuertes de lo que fuimos, y nada ni nadie nos puede parar, somos imparables.
Decirle adiós a una etapa siempre es complicado, y muchas veces nos asusta salir de esa comodidad en la que llevamos, pero siempre llega el momento de desprendernos de dónde crecimos, en donde aprendimos, en donde nos fortalecimos, en donde nos prepararon con un propósito. Nos preocupa que nuestros preparativos no nos ayuden a enfrentar el futuro, que no nos lastimen y que nos haga sentir seguro de lo que somos. Pero, la única forma de perder la incertidumbre, es no tenerle miedo al futuro, es salir a enfrentar al destino y afrontar cualquier situación que se presente, no tener miedo a los errores, atreverse a soñar, atreverse a vivir como uno realmente quiere, arriesgarse a ser feliz. Somos seres humanos, si nos equivocamos, salimos adelante, y tarde o temprano, convertirnos en la mejor versión de nosostros.En nuestras vidas nos tocara despedirnos muchas veces, y de distintas maneras, pero recordando con los sentimientos adecuados, y saber que, algunas despedidas no son para siempre, y que a veces se puede volver atrás, se puede perdonar, arrepentirse, dejar el orgullo de lado, porque esas oportunidades no se dan muy seguido, y pueden arrepentirse toda su vida por no haberlo intentado. Nunca es tarde para arreglar lo que alguna vez estuvo formado, solo hace falta valor en el corazón.
Algunas despedidas no son para siempre, y no sabemos cuándo podrán ser bienvenidas nuevamente. En algún momento nos tocara despedirnos de este mundo, y en donde sea que estemos, y donde sea que vayamos, diré al que me acompaña: "hasta siempre".
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Hasta Siempre
Short StoryDespedirse es difícil, a veces no, pero a uno le cuesta soltar aquello que ama. despedirse es avanzar, despedirse es crecer.