¿¡Qué diablos es ese sonido tan molesto!?
¿¡Acaso no saben que las personas normales dormimos a estas horas!?Mis ojos se abren y van directo al origen de aquel sonido. Mi teléfono.
Con la más grande de las flojeras, estiré mi brazo hacia el objeto, un gruñido de molestia salió de mi garganta y proseguí a atender la llamada.—Espero que me estés llamando por una buena razón, Clay —el sonido rasposo de mi voz seguro dio a notar que me había despertado con su llamada—
—Por supuesto que sí y vas a amarme por ello.
—Pues suéltalo de una vez para que pueda volver a dormir.
—Después de esto te aseguro que no querrás dormir —la emoción en su voz era clara desde el momento en que habló y eso me hizo enderezarme de golpe y acabar sentado en la calma—, ¿estas listo?
—Ya habla, idiota.
—Te conseguí la sesión de fotos con Alex Cabraí para la comida del restaurante.Mi mano libre se fue a mi boca para cubrirla y no dejar salir el pequeño (aunque muy varonil) grito de emoción, sin más mis piernas se abrieron paso de entre las cobijas y de algún modo terminé de pie.
—¿Estas bromeando? —por detrás del teléfono escuche reír al que se había vuelto uno de mis mejores amigos—
—Adler, ¿crees que bromearía con algo con lo que me has estado jodiendo por casi seis meses?
—Pe-pero, ¿cómo? Me habías dicho que no tenía tiempo para atender cita hasta acá —corrí hacia el pequeño armario que tenía y lo abrí—. Te pondré en altavoz mientras me visto —me dirigí a la pantalla de mi teléfono y presioné el botón del altavoz—, listo.Empecé a revolver las prendas que tenía, quería verme profesional pero a la vez no tanto, por lo que terminé tomando una camisa color azul naval y un pantalón de mezclilla.
—Resulta que el tal Alex Cabraí vendrá a la ciudad por un par de meses y accedió a hacer las fotos de tu comida y el restaurante.
—¿A qué hora debo estar presente para la cita y en dónde?
—En la calle Colm #17-B a las 14:30, estas reservado con el nombre del restaurante.
—Bien, tengo tiempo —empecé a abrochar los botones de la camisa.
—Adler, son las 14:00.¿Qué? Por supuesto que no, no es tan tarde.
Caminé hacia donde había dejado mi celular y lo tomé.14:00
¡Soy un flojo idiota!
Un pequeño grito salió de mi garganta y proseguí a ponerme el pantalón.—Agh, Clay, no puedo hablar, ya voy muy tarde, muchas gracias, hablamos luego, miles de gracias, adiós —todo salió muy rápido de mi boca y espero que me haya entendido porque no lo repetiré.
Colgué la llamada y acabe de ponerme el pantalón para a continuación ponerme unos tenis negros.Desde pequeño lo más difícil de arreglar ha sido mi cabello.
Ya no tengo tiempo para bañarme y arreglar estos rizos, así que estarán libres y que Dios me ayude a que no me vea despeinado.
Cual bala corrí hacia el baño, saqué de mi sistema aquel líquido llamado orina, lavé mis manos y con el agua restante peiné lo más que pude a la fiera que tengo como cabello.
Me miré en el espejo y sonreí.
Vaya, qué guapo soy.De nuevo, cuál Rayo de luz salí del baño hacia la sala, tome mis llaves de la casa y del auto y por fin salí.
14:10, vale, si llego.
~~~~~~
14:35, vale, cinco minutos tarde.
Espero que él comprenda que en una ciudad como esta hay mucho tránsito.Pasé mi mano por mi cabello por última vez mientras me reflejaba y miraba en la ventana de mi auto.
Crucé la calle y finalmente quedé ante una puerta de madera con el característico aldabón que tienen las puertas antiguas.
No lo dudé ni dos segundos, porque de por sí ya iba tarde.
Tomé la herradura de metal y toqué.Al cabo de un par de segundos, la puerta se abrió.
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Tú de nuevo
Teen FictionFueron amigos desde pequeños hasta que él cometió un error, ella se mudó y aquel joven jamás pudo disculparse. Ahora diez años después, sus miradas se han vuelto a encontrar. ¿Será que ahora más que una amistad pueda surgir?