Capítulo 1

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JungKook colgó la llamada con molestia. ¿Qué era eso tan importante que su padre tendría que decirle? Con mirada pesarosa, vio como Jung HoSeok se marchaba con Park Jimin. Maldijo entre dientes, su suerte no podía ir peor. Había suspendido una materia, tenía que soportar que Jimin le robara el amor de HoSeok y ahora su padre lo llamaba para fastidiarlo con quién sabe qué razón... Deseó que la tierra lo tragara allí mismo.

—¿Por qué la cara tan larga, joven Jeon? —cuestionó Kim NamJoon, el chofer de la familia, especialmente de su padre...

—Usted suele tomarse más atribuciones de las que le corresponden, NamJoon —bufó JungKook con mala expresión, tras haberse sentado en la parte trasera del auto—. Si mi padre se lo permite con él no significa que yo deba hacerlo también.

Kim guardó silencio y se dispuso a conducir. El joven pelirrojo por lo general era frío y evasivo, pero cuando estaba molesto resultaba literalmente insoportable. El pelinegro se concentró en el timón, ya estaba acostumbrado al comportamiento del chico, y él era un hombre muy tranquilo como para ponerse mal por ello.

Conducir hasta la mansión de los Kim, como solía conocerse, llevó algunos minutos. Jeon apenas si esperó a que el vehículo aterrizara para salir disparado hacia el interior sin parar de maldecir por lo bajo; el chofer sonrió, ¿cómo hacía SeokJin para soportar un hijastro y un trabajo como el que tenía? Sin duda esa habilidad era una de las que más le gustaba de su señor, una habilidad que pocos conocían a detalle.

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—Espero que sea realmente importante lo que debes decirme, papá porque...

JungKook no terminó de hablar al toparse con un sujeto que no conocía. El pelirosa yacía sentado en uno de los espaciosos muebles de la gran sala y al escuchar una voz que se aproximaba quejándose, se colocó de pie para ver de quién se trataba. El joven universitario frunció el ceño al verlo, ¿quién era él y qué hacía tan tranquilo sentado en el sofá de su casa?

—Jeon JungKook —sonrió TaeHyung, ladeando la cabeza y repasando al otro chico con una mirada más que atrevida—, en persona te ves mucho más... agradable.

—¿Cómo se atreve a hablarme así? —gruñó el muchacho con gesto desconcertado, él era el hijo del prestigioso coronel Kim SeokJin, ¿cómo alguien se atrevía a tratarlo con esa confianza que rayaba en desfachatez?—, ¿acaso no sabe quién soy yo?

El mayor se rió sin limitarse, lo que hizo que JungKook se molestara aún más.

—Un gusto, Kim TaeHyung —expresó el pelirosa, extendiendo la mano—, soy tu nuevo guardaespaldas.

—¿Qué? —el menor negó con la cabeza, retrocediendo unos pasos—, no es cierto, ¿dónde está mi padre?

—Es cierto, JungKook —confirmó Jin quien acababa de hacerse presente—. No puedo dejar pasar las amenazas que me hacen, no me perdonaría si algo malo llega a pasarte.

—¡Es absurdo papá! —el pelirrojo sentía la sangre arder en su interior—. Soy mayor de edad hace cuatro años, ¡puedo cuidarme solo!

—No te lo estoy preguntando hijo —declaró el rubio dispuesto a marcharse—, es una decisión ya tomada. Pórtate bien con TaeHyung, no quiero quejas de su parte o decomisaré tu Toyota.

—No lo harías... —en ese instante, el menor no podía sentirse más ofendido.

—Sabes que sí, nos vemos.

Entre Venganzas (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora