Pasaron algunos días y los oficiales seguían buscando más pistas para encontrar quien fue el que los asesino, obviamente se trataba de la misma persona que dejaba su signo, "su marca", sonó el teléfono: 911 ¿en qué le podemos ayudar?
-¡Auxilio! mi hijo.. mi hijo no está y hay mucha sangre en la puerta.. AYÚDENME Por favor.
Era una madre desesperada, ¡Èduard el hijo primogénito de la familia Karomp había desaparecido! Vivían por el mismo sector en el que habían asesinado a los demás pequeños. Inmediatamente el FBI fue a revisar el caso, eran 3 muertes en una semana, con la misma mancha en la puerta.
La señorita Abby, la encargada de revisar las habitaciones de los menores, explicó: que todos los niños se pusieron sus zapatos, lo cual explica que tenían confianza con la persona que los asesinó.
Acudieron a revisaron todos los vídeos de seguridad del vecindario y algo les llamó la atención, y fue que cuando todas las madres de los menores llevaban a los pequeños a la escuela, el comportamiento excéntrico de un individuo hacia los niños; aquel hombre llevaba una canasta llena de dulces, y en un cartón viejo, decía: de venta.
Tenemos un sospechoso -Afirmó el agente Marly.
Revisaron su ubicación y lo detuvieron, investigaron su vida, nunca había estado en problemas y en ninguna cárcel, y ninguna prueba que demostrara que él los asesinó, en ese instante entro una llamada la cual era de la escuela de la cuadra con una voz desagradable y funezca decía: ¿JUGAREMOS?...
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¿Jugaremos?
Mystery / Thriller"En cada niño se deberia poner un cartel que dijera: Tratar con cuidado, contiene sueños".
