Las puertas se abren

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En aquel castillo antiguo que se escondía tras las copas de los árboles del gran bosque y se postraba a unos cuantos metros de un río un sujeto de cabellera roja, delgado y de ojos amarillentos observaba la oxidada puerta del lugar.

-hora de trabajar- el se acercó y quitó la cadena que mantenía cerrado el lugar y entro observando habitaciones amuebladas llenas de mucho polvo y seda de arácnido, el lugar daba una aire frío por el tiempo abandonado y generaba eco en cada paso que se daba dentro de la habitación. El chico se acercó a los muebles y observo la seda.

- Espero no sean tarántulas rocosas, las corazas de esas cosas hacen más  difícil el aplastarlas-

Aquel pelirrojo comenzó a limpiar un poco el lugar cuando escuchó una voz femenina

- ¡oí! Ginyo ¿ya te encuentras en el lugar? -

A lo que el chico respondió con resopló mientras tocaba aquel péndulo rojo que colgaba en su cuello el cual servía como comunicador

- si justo acabo de llegar ¿donde diablos estas? - la chica al otro lado del comunicador le respondió - parece que tardaré un tanto más con los asuntos del mi renuncia y esas cosas digamos que no soy tan santa como creía jiji pero apenas termine te veré en el gremio-

Nuevamente toco aquel péndulo

-calma hay tiempo te estaré esperando - dejo de tocar aquel péndulo y observo nuevamente las habitaciones del castillo - este lugar es un desastre me demorare en limpiarlo, pero es un futuro nuevo para mí y muchos mas -

Ginyo tomo una placa con el nombre gravado de "limbo" y lo coloco junto a la puerta de la entrada del lugar.

- bien a limpiar la posilga -

Tras varios días de limpieza en todo el lugar aquel castillo volvió de una vida en polvo y seda de arácnido a una vida menos sucia es ahí donde el gremio limbo abrió sus puertas a aquellos criminales que buscarán una segunda oportunidad.

-Semanas después

Ginyo:

Salí del gremio en busca de algo de leña para la chimenea, el castillo era realmente frío.
Camine por el bosque con mi chamarra negra echa con escamas de dragón perfecta para resistir el fuego y con mi espada en mano cortando algunas ramas secas de los árboles y recogiendo otras más que se extendían por el suelo, tras unas horas de estar en el lugar ya tenía cargando suficiente madera para un par de días, fue entonces que escuché un murmullo y algunas pisadas, tras la fama del bosque de ser bastante peligroso por las creaturas que ahí habitan decidí esconderme tras un árbol y observar que era aquello que se encontraba frente a mi.

Logré observar a una chica con orejas de felino y una cola que se movía de un lado a otro la chica se mantenía observando a los lados como si buscará algo cuando comenzó a hablar sola.

- ahhh quién diría que salir de la prisión sería tan aburrido, me sorprende que me devolvieran mis pertenencias asi como mis cuchillos-

Lanzo uno de esos afilado cuchillos que guardaba en un bolsillo atado a su pierna y lo acertó al árbol donde me encontraba escondido.

- es de mala educación espiar a las chicas ¿quien eres?-

Suspiré y salí de atrás de aquel árbol.

- bueno  supongo que me has encontrado pero que quede claro  que no te estaba espiando - respondí.

- ¿a si? ¿Entonces que hacías eh? -

Se acerca a mi peligrosamente causando sonrrojo en mi, me aleje rápidamente

- este lugar es peligroso comúnmente, estaba analizando que era aquello que caminaba frente a mi, de haber sabido que era una niña feñina no me hubiera preocupado -

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