prólogo.

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Un día gris, a mi alrededor se derraman lágrimas en abundancia, siento ganas de vomitar y siento un sabor salado en mi boca, ¿Por qué?... Al llevar mi mano hacía el rostro comprendí lo que pasaba. Mi mente divaga entre todas las personas en este lugar, en su mayoría con prendas oscuras; negras, este día era solo oscuridad, lo único colorido eran las flores a nuestro alrededor, un par de girasoles, a ella le gustaban los girasoles y también habían rosas blancas, algo típico para este día.
Entra la multitud distingo a mi padre tirado sobre un ataúd, seguía sin comprender cómo habiamos llegado a esto, cómo algo tan cotidiano llevó a algo tan trágico... Estaba en un funeral; el funeral de mi madre.

Pensé que no sentiría un dolor que superará el que me ocasionó cuándo recibí la noticia, pero al ver a mi padre desconsolado, forcejando y llorando a gritos, la parte de mí que aún conservaba cordura se perdió.
En mi mente revivía el momento en que tomé el teléfono, era una llamada del hospital informando que mi madre había sufrido un grave accidente automovilístico y que hicieron cuanto pudieron para salvarla, lo único que me quedaba por hacer era ir al hospital, específicamente a la morgue a reconocer el cuerpo flácido de la mujer que dió todo por mí, quién diría que hasta su vida.
Los oficiales que trabajaron en el caso dieron cómo resolución al accidente que fué ocasionado por la lluvia y que en este cado la única culpable era mi madre, fue ella  quién arriesgo su vida al salir en su auto en un día de tanta tempestad.

Una gota deslizándose en mi mejilla hizo que mis pensamientos se despejarán cómo hechos humo, pero a diferencia de las lágrimas que había derramado anteriormente esta era fría, pero no fue la única, después de esta muchas gotas cayeron  una tras otra, estaba lloviendo. La gente comenzó a correr para resguardarse, para no quedar empapados. En cuestión de segundos todo estaba solitario, solo estaba yo... Mi padre y un montón de muertos, era irónico el momento, todo el día las personas estuvieron cómo perros tras de uno, dando su pésame o tal vez solo queriendo complacer su curiosidad con lo sucedido, pero al final del día solo quedamos nosotros dos, un padre totalmente roto y una hija que tendría que ser fuerte para reconstruirlo.

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Hola preciosuras, aquí arual con el prólogo de esta renovada historia. ¿Mucho mejor no?
Tal vez esto les cause coraje a algunos de ustedes y es totalmente normal, al escribirlo recordé las perdidas que he sufrido y puse un poco del sentimiento que afronté cuando sucedió.

No se bien cuando pueda empezar a publicar capítulos, aún estoy en ello, pero pronto daré un aviso, hay que terminar lo que se empieza ¿No es así?.

Buenooo, solo queda esperar el primer capítulo, será bastante parecido al de antes, pero les juro que estará mucho mejor.

—los quiere; arual.

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