TONOS GRIS

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                                                                                              DOS


Ella/

Tanto que se pierde uno por no decir "te amo", "no te vayas", "sí", "no". Tanto que se pierde uno por no expresar sus sentimientos. Tantos mutuos afectos que uno cree que solo el mismo lo siente todo por no hablarlo, todo por no preguntarlo. Tantas vidas atadas a otras vidas por querer olvidar una vida que se habían encontrado. Tanto miedo, tanto.

Supongo que tenía vida antes de conocerlo aunque, ahora mismo crea que no es así, que mi vida comenzó en sus labios.

Hoy no usare el quizá porque, me eh dado cuenta que no lo amaba que lo estoy amando. Es lamentable que hasta ahorita se me facilite pronunciarlo; tanto tiempo intentando saberlo, intentando decirlo y nomás no salía, no podía, ni siquiera llegaba a mis labios y ahora me ha brotado, lo eh escupido sin explicación: te amo Carlos, te estoy amando.

Ni siquiera me gustaba. Era el niño más tonto del salón, creído, pretencioso. Si me acuerdo de el con ese uniforme verde es una o dos veces. Solo para saber que existía.

Si alguien me caía mal era el, si a alguien no hubiera querido hablarle jamás es a él. Tonto, siempre tan tonto, yo no sabía la definición exacta de arrogancia hasta que lo conocí. De lejitos estábamos bien, no sabía que existía ni yo sabía que tendría que lidiar con él en un futuro pero, ahí va de enfadoso, mensaje tras mensaje ¿no le importaba que lo dejara en visto tantas veces? Fui la peor, lo admito, jamás con nadie eh sido tan grosera como con el, se lo dije directo "me caes mal, no me busques" no contaba con que aplicaría su rebeldía en mi vida y ahí estaba, dando lata todos los días durante tres años. Chingada madre por que hacía caso a mi mejor amiga en aceptarle una salida para que me dejaras en paz. Fue lo peor que pude hacer. La peor decisión en toda mi vida considero fue esa pues, allí quede profundamente enamorada de Carlos. 

Pinche parque, pinche viento, pinches arboles llenos de pinches pájaros, pinche luna toda blanca alumbraba su pinche cara, sus pinches ojos verdes, los odio. La escena perfecta y yo ni lo quería. No entiendo para que me besaba, más bien ¿para qué lo besaba yo? Qué vergüenza, solo había ido para que por fin me dejara de molestar, de haber sabido lo hubiera bloqueado y ya estaba pero, ahí voy de buena onda a querer tratar a los pedazos de popo como persona. ¡Bravo Cristina, Bravo! Ojala no me hubiera llevado a los tacos, ojala no me hubiera acompañado a tomar mi camión, ojala nunca lo hubieran cambiado de salón.

Siempre tan tonto, como un perro atrás de mí; perro callejero de esos que les das un pedazo de comida y te siguen por cuadras pero yo no le había dado nada, absolutamente nada. Siempre fui mala con él, no lo quería a mi lado, le mostré mi peor lado. Si con alguien eh sido grosera y mala persona en la vida fue con su vida, hubiera preferido que saliera corriendo a tacharme de loca y contarles a sus amigos lo que le diera la gana, no hacía falta que se quedara. Yo no quería que lo hiciera. 


El/

Penumbra, luz tenue y unos dedos entrelazados caminando por el tenebroso parque. Solos. A la luz de la luna, siendo esta la única cómplice de aquel encuentro y, los árboles, silenciosos guardan el secreto de un amor inesperado. Callan. El viento gira y traduce la bella melodía del silencio, hermoso verano, hermoso viento. Dos cuerpos lado a lado se toman las manos, sus ojos se buscan y los encuentran con brillo, brillo más inmenso que la bella luna. Brillo de anhelo. Se miran. Sus cabezas se acercan lentamente; el, la toma de la cintura y cerrando los ojos sus ilusiones pasadas mueren en los labios y nace una nueva al unir sus salivas y lengua. El viento sopla, los arboles eufóricos lanzan hojas celebrando la unión de dos almas aunque sea por un instante.

La vieron mis ojos en la secundaria, tenía puesto el uniforme verde y parecía mayate, me burle pero parecía que todos la querían, aun así nadie se acercaba, ella no hablaba, era simple. No tenía el cuerpo que otras chavas con las que me juntaba ya tenían, ya saben, pechos, nalgas y unas ganas adolecentes que no nos aguantábamos. Ella no eras así, era rara, muy extravagante en su vestimenta pero se veía bien igual nunca me iba a acercar, no era como yo, no era nada para mí. Hasta llegue a pensar que era muda si no fuera por aquel día  en que expuso en clase no me acuerdo que tema y nadie le prestaba atención y empezó a regañar al maestro enfrente de todos por no poner orden y respetar su tema, tenía razón. Se sentó y no volvió a participar, ni aunque la amenazaran con bajarle sus puntos, así de orgullosa era.

Me miraba con desdén y eso que lo hizo como dos veces a lo mucho. Yo me la pasaba riendo y bailando siempre, valía madres pero me hice amigo del subdirector para que no me corriera. Era un chingón que me enseño a no conformarme, siempre lo admire. Pase por todos los salones, ya no hallaban donde ponerme, en tercero llegue al "C" donde ella estaba, sé que ni siquiera se dio cuenta.

Nos graduamos y ni abrazo de despedida me dio, tampoco tendría por qué hacerlo, éramos completamente ajenos. Polos opuestos.

Al paso del tiempo se hizo popular y no era de esperarse era muy bonita y se veía cansada de ser invisible esto daba paso a que ya podía ser parte de mis amigos sin pena social alguna. Las cosas así funcionaban, populares estaban con populares a los demás se saludaban solo para conservar tu "fama". Le dije "hola" por Messenger y me contesto con un signo de pregunta, nadie me había respondido así en toda mi vida. La invite a salir y me dijo que no, que yo le caía mal, eso picoteo mi ego y por puro orgullo insistí, siempre se negó dijo que la dejara en paz. Yo estaba aferrado, ninguna se me había resistido, ella no sería la excepción, así que seguí insistiendo, llego el momento en que ni siquiera leía mis mensajes así que me puse a revisar a profundidad su perfil de Facebook. Me sorprendí mucho, tenía una cabeza llena de cosas extrañas, fascinantes; escribía cosas que me ponían a pensar por horas, me sorprendí aún más cuando la pensaba sin quererlo, cuando miraba sus fotos varias veces al día incluso inconscientemente, cuando le enviaba mensajes y no me los respondía. Me enamore como un estúpido de la niña invisible. ¡Chingado! Yo solo me había enamorado una vez y fue la primera vez, de allí en adelante me aproveche del amor que generaba en las demás, pero allí estaba ella recordándome lo que ya se me había olvidado y ni siquiera le importaba. Insistí poco más de tres años hasta que acepto salir y salimos a un parque. Allí me entere de que jamás la había visto en realidad, era hermosa, más hermosa que cualquier otra y sobre todo era pura, el espíritu más transparente que eh conocido en mi puta vida.

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⏰ Last updated: Dec 28, 2018 ⏰

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