Mi cachorro

Una parte de mi

Nota: ya sé que debería actualizar otros fics, pero la idea nació sola y necesitaba sacarla de mi.

Es un omegaverse, pero está más enfocado en el instinto paternal/maternal.

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Todo era un caos, no entendía que había ocurrido, entre la bruma de sus recuerdos y su corazón triste...aún no entendía cómo había pasado todo.

Era feliz, tenía a la persona amada y pronto a su propia familia...no, ya no.

Clark era un extraterrestre, era Superman y era un omega; tenía una familia adoptiva que lo amó y le enseñó todo lo que pudo, se labró su camino y en algún momento coincidió con un hombre, un héroe, un ser herido y el amor de su vida.

Bruce resultó ser un gran empresario, es Batman y un Alfa, se convirtió en el ser al que podía amar y que lo amaría hasta el final.

Llevaban más de diez años juntos, ni ellos lo podían creer, ya no solo como héroes, ni como Liga, se habían comprometido y casado en una pequeña capilla lejos de todos, con la presencia de Alfred como testigo y de Dick como su niño de los anillos, solo ellos cuatro.

En el camino se les unió un pequeño Jason al cual acogió en sus brazos y curó sus heridas, eran sus cachorros.

Se sintió indigno, tal vez era infértil, tal vez su naturaleza kriptoniana no le permitía procrear sin seres de su especie y se sintió mal.

Su olor cambió y puso en alerta a su familia, todos dieron un poco de ellos para cubrir las heridas del omega y hacerlo sentir amado; lo agradeció de corazón, pero algo le faltaba, algo propio, a cambio amó con todo a sus hijos, a su esposo y fue feliz.

Diez años habían transcurrido como familia, Dick pronto cumpliría veintidós años, Jay estaba en sus dieciséis años, una familia de Alfas; sonrió para sus adentros, incluso el mundo creía que Superman era un alfa más, y cuando se presentaban en reuniones como la familia Wayne-Kent también era así.

Diez años de amor y cuando vio al pequeño frente a él no supo si qué pensar...Damián, el pequeño hijo de Bruce y Thalia, el niño tenía ocho años...ocho...

Era un hombre fuerte, pero se quebró y, sin entenderlo o razonarlo, lloró amargamente durante la noche.

No habló, no pronunció palabra alguna, sabía que el niño no tenía culpa alguna, lo sabía, pero estaba dolido; mirarlo era mirar a Bruce, era imaginarse cómo sería un cachorro suyo y de él, era saber que no le daría algo así.

--Papá, no puedes estar así todo el tiempo, por favor—Dick había regresado de Metrópolis para ver con sus propios ojos lo que su hermano le contó por teléfono, lo que no se esperaba era ver al omega sumido en la tristeza—Pa'

No aceptó disculpas de Bruce, no dejó que nadie pasara a su habitación, no escuchó súplicas de sus hijos; se había recluido en su habitación que ni aunque el mundo exterior lo necesitara, él no acudiría.

El niño no era un lienzo en blanco, tenía tantos matices de la familia Al Ghul que incluso rozó con lo majadero en algún momento; ni la imponencia de su padre, ni el amor de Dick lograban frenar el temperamento del pequeño.

Solo un momento, uno crucial ocurrió: mientras el niño en su rebeldía desobedecía a todos, subió a la segunda planta, justo a la habitación que podía ver desde el jardín, forzando la puerta entró y se quedó estático, frente a él la imponencia de Superman...no...de un omega, uno que lo veía con tristeza; como hipnotizado cruzó la habitación hasta acercarse y quedar frente al hombre que había estado mirando por la ventana.