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Los nervios hacían que sus manos temblaran. Jamás había sentido tanta ansiedad por lo que iba a ocurrir, ¿ella decía estar aterrada por el futuro? Ni hablar él, que no paraba de cambiar de posición en la silla y de intercambiar palabras con su pequeño amigo en busca de calmar la tensión.
STARISH ya había hecho su presentación frente a todos, siendo ovacionados por los estudiantes presentes. La mirada de Natsuki viajaba de un extremo a otro, fijándose en cada rostro posible, pero no podía dar con ella. No sabía cómo iba a identificarla.
Ahora era turno de los demás futuros Idols. Ya habían hecho su presentación varios de ellos, pero seguía sin identificarla. ¿Y si ella no asistió? ¿Y si no se animaba a darse a conocer? Miles de preguntas rondaban su mente haciendo que su ánimo bajara. Ittoki le había dado unas palmadas en signo de apoyo mientras Nanami aseguraba con certeza que ella estaría allí. Sonrió, quizás sí era cierto.
De pronto su vista viajó a la chica que subió al escenario. No sabía mucho sobre ella, pero había escuchado que su nombre era (Nombre) y era del intercambio, pues sus rasgos extranjeros la delataban. La chica de cabellos (color) hizo una leve inclinación con sus manos juntas. Se la veía un poco nerviosa. Aclaró su garganta y tomó el micrófono, dejando escapar un suspiro.
—Esta canción va dedicada a una persona especial que está en el público, con todo mi amor —mencionó, haciendo que varios se miraran entre ellos sorprendidos por la declaración.
Una canción en inglés comenzó a sonar. La voz de esa chica era increíble, y Natsuki recargó su rostro en sus manos para observarla mejor. Esa voz era muy cálida, suave, era perfecta y hacía gala de su acento natal. Nunca la había escuchado cantar, pero sin duda le gustaría escucharla una y otra vez.
La canción dio por terminada seguido de muchos aplausos. La chica inclinó su cabeza, dejando al descubierto algo que tanto Natsuki como sus amigos se quedaron sorprendidos al ver.
El llavero de Piyo-chan, el mismo que él tenía, lo estaba usando de collar en ese momento. Abrió enorme su boca mientras buscaba una explicación en sus amigos. Casi todos sonreían.
—Es ella, no hay duda —escuchó decir a Ren, seguido de un asentimiento por parte de Syo, bastando para confirmarlo.
Natsuki volvió a mirarla bajar del escenenario, cuando sus ojos verdes hicieron contacto con los de ella. Un sonrojo adornó las mejillas de la chica la cual le sonreía, y él no pudo evitar corresponder ese gesto.
No había duda.
(Nombre) era ella.
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