__uno__

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Lo que más me sorprende al ver a mi hermana muerta es la permanente sonrisa en su rostro. Sus labios pálidos están ligeramente curvados hacia arriba y alguien le relleno las cejas ralas con un lápiz negro. La parte superior de su cara parece enojada, como si estuviera apunto de apuñalar a alguien, y la inferior se ve casi engreída. Esta no es la Olga que conocí. Olga era mansa y frágil, como un ave recién nacida.
Yo quería que le pusieran el vestido morado bonito que no ocultaba su cuerpo como el resto de su ropa, pero amá eligió el amarillo chillón con flores rosas que siempre odie. Era tan pasado de moda, tan típico de Olga; la hacía verse como si tuviera 4 años, o quizá 80, nunca me pude decidir. Su cabello está igual de mal que el vestido: tiene unos rizos apretados y tiesos que me hacen pensar en el poodle de una mujer adinerada. Que crueldad dejarla así. Los moretones y rasguños en sus mejillas están cubiertos de por gruesas capas de base barata que hacen que su rostro se vea demacrado, aunque apenas (tenía) 22 años. ¿No se supone que te llenan el cuerpo de químicos para evitar que tu piel se estire y se arrugue, para que tu rostro no parezca máscara de hule? ¿De donde sacaron a este embalsamador? ¿De un mercado de pulgas?
Mi pobre hermana mayor tenía un talento especial para parecer menos atractiva. Era delgada y tenía buen cuerpo, pero siempre se las arreglaba para verse como un costal de papas. Llevaba el rostro pálido al natural, no usaba ni gota de maquillaje. Que desperdicio. Yo no soy un icono de la moda, ni de cerca, pero si me opongo terminantemente a vestirme como vieja. Ahora mi hermana se viste así en el más allá, pero esta vez ni siquiera es su culpa.
Olga nunca se comportó como alguien normal de 22 años. Eso aveces me enfurecía. Era una mujer adulta y lo único que hacía era trabajar, estar en casa con nuestros padres y tomar una clase al semestre en la universidad comunitaria. De cuando en cuando iba de compras con amá o al cine con su mejor amiga, Angie, para ver comedias románticas malísimas sobre rubias bobas pero adorables que se enamoran de arquitectos en las calles de Nueva York. ¿Que clase de vida es esta? ¿No quería otra cosa? ¿Nunca quiso tomar el mundo por los huevos? Desde la primera vez que tuve una pluma en la mano, he querido ser escritora famosa. Quería ser tan exitosa que la gente me detuviera en la calle y me preguntara- oh, por Dios, eres Julia Reyes? La mejor escritora que haya pisado esta tierra?- Ahora solo se que en cuanto me gradúe, haré maletas y dire - HASTA, NUNCA IDIOTAS-.

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⏰ Última actualización: Dec 27, 2018 ⏰

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