Prólogo

103 8 0
                                    

- Ciudad de Derry (1960).



-Esto es demasiado – dijo el oficial Harker mientras hablaba por el walkie talkie.

La lluvia caía con intensidad golpeando la luna frontal de la patrulla.

-estoy aquí desde las 5:00 a.m.- volvió a reclamar. Una voz más gruesa respondió del otro lado de la línea.

-escúcheme bien Harker, solo vaya una vez más, si las cosas siguen igual, comuníquese para nuevas órdenes, ¿entendido?

El joven soltó un quejido de aburrimiento y dijo entre dientes.

-entendido- y apagó el aparato.

El pelinegro dejó el cigarro, aun no terminado, en un cenicero y abrió la puerta de la patrulla casi de un golpe. Se cubrió la cabeza con ambas mangas de su saco negro y empezó a caminar en dirección a la casa frente a él. Subió los escalones de madera que conducían al porche. Una vez ahí, se incorporó y posó su mirada en el sillón de tela roja situado en una de las esquinas. Rodó los ojos y puso una mueca de disgusto al ver nuevamente a la vieja sentada en este, tomó aire y dijo.

-esto es el colmo maldita sea, ya van más de 15 veces, ¡¿qué tanto está esperando?!- habló con desesperación.

La vieja no movió ni un solo músculo, sus ojos marrones no se desprendían del bosque que se encontraba a un poco más de 30 metros de la casa, su rostro era de tristeza. Varios mechones de su corta cabellera infestada de canas caían sobre su rostro, gotas de lluvia mojaba levemente su vestido amarillo y bata roja.

Harker soltó un bufido tras no obtener respuesta, dio media vuelta y tomó el walkie talkie de su cinturón.

-oficial Harker reportándose, jefe, no hubo cambios, solicito ordenes- pero no se hoyó más que estática. Con algo de enojo, vio de reojo a la vieja, notando algo diferente está vez.

Sus ojos estaban un poco más abiertos, como si estuviera sorprendida de algo, luego notó que pequeñas gotas de lágrimas salieron de estos.

-volvió- dijo casi en murmullo.

Eso molestó mucho más al joven, le dio la espalda nuevamente llevando otra vez el walkie talkie cerca de su boca.

-oficial Harker reportándose, jefe, no lo tolero más, solicito ordenes- la estática nuevamente se hizo presente en la otra línea -maldición- dijo en voz baja -repito, solicito órdenes.

Nadie respondía.

Apretando la mandíbula colocó el walkie talkie en su lugar y dio media vuelta, estaba decidido a meter a la vieja en la casa de una vez por todas, pero al momento de quererle decir algo, no vio más que el sillón vacío.

No pudo haber entrado a la casa, la campanilla colgada sobre la puerta hubiera sonado; no notó en ningún momento que bajara los escalones, pues él estaba en frente de estos, se apoyó en una columna del porche y empezó a buscarla con la mirada algo desesperado.

No pasó ni un minuto, Harker la divisó caminando hacía el bosque, estaba ya casi en la frontera. No tuvo tiempo de preguntarse: "cómo llegó ahí tan rápido?". Sin importar la lluvia, la cual caía más fuerte que antes, corrió en dirección a ella.

Casi tocando los primeros centímetros del oscuro bosque con sus pies descalzos, el oficial la tomó de ambos hombros obligándola a retroceder.

-VIEJA LUNÁTICA- dijo con mucho enojo mientras la hacía retroceder.

Aun con lo que estaba sucediendo, la vieja tenía una sonrisa que irradiaba de alegría, en sus ojos, a pesar de la lluvia, se notaban las múltiples lágrimas que soltaban.

Thousand more (Pennywise y Tú)Where stories live. Discover now