Capítulo 6

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La oscura y fría celda permanecía en completo silencio mientras el alto moreno se despojaba del uniforme que lo acompañó durante nueve años y pensaba en lo mucho que había pasado con su vida.

Desde la primera vez que Dios, la vida, el destino o quién demonios fuera le jodió la existencia arrebatándole a su abuelo y luego a sus padres y hermana en aquel jodido accidente de auto en el que se suponía el también debería haber estado. Taehyung creyó que ya todo estaba perdido, con diecisiete años lo único que pudo hacer es arreglárselas para sobrevivir.

Encontró este trabajo, vendiendo pequeñas cantidades de marihuana para uno de los tipos más peligrosos en Bradford, quien tiempo después se convertiría en lo más cercano a su nueva figura paterna. Una nada sana por supuesto, pero funcionaba para él. Storm lo adiestró y le enseñó todo lo que tenía que saber sobre el negocio de las drogas, lo adoptó -no literalmente- como su hijo y Taehyung no pudo hacer más aceptar y agradecer. Ya nada importaba, nadie podía hacerle más daño y un par de años después, cuando las cosas salieron mal en una entrega y Storm fue acribillado frente a sus ojos, él tomó el mando.

A sus veinte años Taehyung se convirtió en uno de los delincuentes más despiadados en Bradford, superando así a su maestro. Por supuesto él nunca se ensuciaba las manos, él tenía gente quien hacía el trabajo sucio por él. La policía nunca tenía pruebas suficientes para arrestarlo y el tener sobornado a casi todo el departamento de policía también ayudaba. Pero entonces dos años más tarde su vida volvería a cambiar.

Taehyung no se había arrepentido nunca de haberse convertido en una mala persona, nunca deseó volver a su vida pasada tanto como cuando conoció a Jung Hoseok. El niño ocho años menor que él que lo había mirado con asco aquella primera vez, aquel que tenía los ojos más hermosos que Taehyung había visto nunca y los labios más deliciosos que probó jamás. Taehyung no pudo evitar caer fuerte por él y sentir como que la vida le dio una segunda oportunidad. Necesitaba arreglar su mierda si quería vivir plenamente junto al dueño de su corazón, pero nuevamente la vida estaba siendo una perra con él y volvió a arrebatarle la oportunidad de ser feliz.

Arrestado gracias a un soplón, no podía creer que hubiese tenido un traidor dentro de su exclusivo grupo de colaboradores, pero el negocio era así y él sabía que estaba expuesto a todo aquello. Lo que no sabía era que su relación con Hoseok se iría al demonio años después de ser encerrado. Debió haberlo visto venir, sin embargo, cuando Hoseok llegó diciendo que había conocido a un tipo, él debió saber que todo estaba perdido.

Intentó alejar al tipo, lo hizo de la forma divertida, claro. Sus chicos habían amenazado al tal Seokjin y quizá lo habían golpeado, solo un poco. Él no sabía sobre Taehyung, pero Hoseok sí y al día siguiente estuvo frente al vidrio gritándole lo animal que era por atacar al chico. Él no se disculpó, porque no creía cuando Hoseok decía que Seokjin sólo quería ser su amigo. Hoseok no era consciente de lo hermoso que era, él no sabía que con tan solo una mirada o un puchero tendría a todos los hombres del mundo a sus pies. Taehyung no quería perderlo, pero tampoco quería hacer a su niño miserable, el dolor que sentía al ver los ojos tristes de Hoseok cada que lo visitaba y la impotencia de no poder hacer nada para ayudarlo lo volvían loco.

Entonces él estuvo de acuerdo en compartir a su niño con ese tipo, escuchando las historias de Hoseok sobre lo que aprendía y conocía con él y aun así manteniendo su esperanza intacta, esperando que Hoseok siguiera amándolo como él lo amaba. Y entonces una vez más, la vida se empeñaba en golpearlo justo en la cara. Cuándo Hoseok dejó de visitarlo paulatinamente hasta ya no hacerlo más y luego sólo regresó pero con un anillo de compromiso en el anular izquierdo diciendo que iba a casarse y que no lo amaba más.

El malo; vhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora