#41

393 30 0
                                    

Cuento Psicológico

El frasco de la vida:

Un profesor quería darle una enseñanza que animara a reflexionar a sus alumnos sobre la vida. De pie, frente a los jóvenes, sacó de debajo de la mesa un gran frasco y lo colocó sobre la mesa. Luego sacó una docena de pelotas de golf y empezó a colocarlas una por una dentro del frasco. 

Cuando el frasco estuvo lleno hasta el tope y no podía colocar más pelotas, le preguntó a sus estudiantes: 

—¿Está lleno este frasco?

Todos dijieron un sí rotundo.

Entonces les preguntó:

—¿Estáis seguros?

Y sacó de debajo de la mesa un cubo con piedras pequeñas. Las echó dentro del frasco y las movió, de manera que las piedras se fueran acomodando en el espacio vacío entre las pelotas de golf. 

Cuando terminó, volvió a preguntarles si el frasco estaba lleno. 

Esta vez el auditorio ya suponía lo que vendría y uno de los asistentes dijo en voz alta: "Probablemente no". 

Muy bien, contestó el expositor. Sacó de debajo de la mesa un cubo lleno de arena y empezó a echarlo en el jarro. La arena se acomodó en el espacio entre las piedras grandes y las pequeñas.

Una vez más pregunto al grupo: ¿Está lleno este jarro?

Esa vez, los estudiantes pensaron que sí estaría lleno ¡era imposible meter nada más! 

Una vez más, el maestro sacó arena de debajo de la mesa y la vertió en el frasco, de manera que ocupara los espacios que habían dejado las piedras pequeñas. Cuando terminó, miró al auditorio y preguntó: 

—¿Cuál creen que es la enseñanza de esta pequeña demostración? Uno de los estudiantes levantó la mano y dijo:

—La enseñanza es que no importa cuán lleno esté tu horario, si lo intentas, siempre podrás incluir más cosas.

—¡No!— Replicó el expositor. —La enseñanza es que si no pones las piedras grandes primero, no podrás ponerlas en otro momento. 

Moraleja: En la vida, como en el frasco, debemos preocuparnos por aquellas cosas o personas verdaderamente importantes, que representan esas pelotas de golf. Si perdemos el tiempo en nimiedades o en proyectos que no nos reportan satisfacción ni son significativos, al final correremos el riesgo de no tener espacio para las cosas realmente importantes. 

Anímense a alcanzar aquellos proyectos más importantes, y no solo por el hecho de que sean los más complicados de obtener no lo intenten al menos. Las cosas fáciles no nos terminan por hacer del todo felices. En cambio, las más difíciles, al final, terminan siendo las que realmente valen la pena.

Frases y ReflexionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora