Siempre he sabido que mi moral en lo que al sexo se refiere es un poco baja. No es ni ha sido para nadie un secreto que desde que soy un niño he sentido una profunda curiosidad por todo lo que se refiere a sexo y órganos genitales, sin importar que sean masculinos o femeninos.
Comencé mi vida sexual a una muy temprana edad y ahora en mis 29 me siento alrededor de gente un poco perdida en el espacio-a mi parecer- que comparte sus terribles o placenteras experiencias sexuales llenas de culpa y remordimiento.
"SCES" son las siglas de la institución a la que tengo que asistir todos los viernes a las 7 p.m. para tratar de "curar" mi terrible y tan peligrosa "ninfomanía". Aunque no comparto el término de ninfómano, la verdad no quiero perder mi trabajo en la agencia financiera que trabajo, así que por obligación más que por recomendación he sido destinado a venir a la "SOCIEDAD CURATIVA DE ENFERMOS SEXUALES".
El término "sociedad" le queda un poco grande al pequeño edificio que esta escondido entre una farmacia y una venta de comida rápida en plena avenida tercera de la capital, pero para Simón-el director del grupo- todos los que asistimos aquí "somos pequeñas células de un organismo viviente que cobra fuerza día con día para ayudar a todos a luchar contra las terribles consecuencias que trae el vivir una vida llena de pecado y lujuria".
A veces me aburro tremendamente entre este monton de fracasados, pero no puedo negar que me excito cuando veo que en la bragueta de Simón se forma un bulto cuando alguno de los presentes comienza a dar detalles de alguna de sus experiencias y ver un bulto en su bragueta me hace imaginar las que cosas que le haría o que él me podría hacer y también mi miembro se crezca obligandome a cruzar la pierna para disimular y no provocar a nadie más. Pero esta situación me pasa con las chicas por igual, principalmente con Lilly una jovencita de 19 años que cuenta llena de culpa como le fascina que su tío de 54 años la bombee por el culo en el baño de su casa mientras su tía duerme la siesta de la tarde y le encarga a ella que vigile el pastel que se esta horneando, pero ella en vez de eso deja que su tío se la coja por detrás mientras con una mano le tapa la boca para que su mujer no oiga sus gemidos. Bastante traviesa debo decir.
Uno de los principales propósito de SCES es plantar en nuestra mente de ninfómanos lo importante que es la protección sexual. Es cierto y me di cuenta de ello a la edad de 16 años que follar con extraños continuamente y sin protección puede ser perjudicial para la salud. Sí, adquiri una ETS-Enfermedad de Transmisión Sexual- con tan solo 16 años, sífilis. Afortunadamente bastaron inyecciones de Penicilina para curarme de ella y tan solo unos meses de pasar repetidamente masturbandome sin otro contacto físico que el de mi mano, para volver a mis viejos caminos, claro con protección-aunque admito que cuando el momento era mas caliente que el pensamiento me dejaba ir. Pero para mí el follar con un extraño es como tirar los dados, no sabes que te va tocar y si te arriesgar a jugar debes de saber como moverte y sacar el máximo provecho sin pensar en las consecuencias.
Ahora 13 años después de esa experiencia y completamente sano-según mi parecer ya que mi jefe piensa que soy ninfómano- me hallo aquí rodeado de 7 personas que consideran que son-o somos- un terrible riesgo para la sociedad y que compartiendo nuestras experiencias de dolor y resistencia a esta tan exquisita droga que es el sexo podremos sin duda salir juntos del terrible mundo de la lujuria.
¡Ja! Hasta gracia me causa pensar que estos chiflados me ayudaran a dejar mi perversión y mi mundo de fantasías sexuales. No creo estar loco ni mucho menos ser adicto al sexo, pero si sé una cosa:
"No necesito del sexo para estar bien, una buena follada me hace sentir bien"
-Anónimo
CONTINUARÁ
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Si la leen o al menos les da curiosidad saber que sigue dejen un comentario o valorenla, se aprecia ;) Gracias!
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Soy Un Pervertido
Non-FictionAlex Sperm es un analista financiero que pertenece a una importante agencia de contadores. A sus 29 años cuando su jefe lo sorprende masturbándose repetidamente en el baño durante horas laborales, se ve obligado a asistir a la Sociedad Curativa de E...