1 [Editado].

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Louis estaba caminando alrededor de la piscina, cargando un par de revistas y una bebida en sus manos. Harry lo observó desde su lugar en la ventana con sus binoculares y cuando finalmente lo vio instalándose en una silla, corrió hacia su mochila y buscó ropa apropiada para salir.

Escogió una camisa a cuadros hawaiana, unas bermudas, una gorra, lentes ridículamente gigantes y unas sandalias color amarillo fosforescente. También se llevó consigo una revista grotesca de pornografía gay, solo para que Louis Tomlinson supiera que podía ligárselo. Harry se sentía ridículo y avergonzado con toda la situación, pero era su empleo. Se sentía como un idiota encubierto, o algo. Era humillante.

Se metió una goma de mascar a la boca y empezó a hacer bombas y a tronar la boca ruidosamente mientras salía del departamento hacia la piscina.

Caminó directamente hacia Louis Tomlinson y ocupó la silla al lado de la que estaba recostado, relajándose con las gafas molestándole el puente de la nariz. No estaba leyendo ninguna de sus revistas.

Harry hizo bombas grandes con su goma y cuando tuvo su atención le sonrió de medio lado y le guiñó un ojo.

Louis Tomlinson no dijo nada, pero Harry pudo ver que frunció el ceño y retuvo una sonrisa, mirando hacia otro lugar.

Harry abrió su revista y empezó a ver las imágenes, pretendiendo que estaba intensamente entretenido.

Notó a Louis mirando de reojo lo que estaba leyendo y un par de minutos después de haber abierto su revista, le dirigió la palabra.

— Eres todo un intelectual, ¿eh? — comentó sonriendo un poco. Harry asintió, señalando su revista pornográfica.

— ¿Quieres echar un vistazo? Las imágenes de aquí son, por no fanfarronear, arte puro. Checa ésta. — habló mostrándole una bastante grotesca.

Louis observó la imagen sin reaccionar por un segundo, después elevó sus cejas.

— Vaya.

— Lo sé. Es cool, ¿no?

Louis asintió y le mostró la portada de una de las revistas que él traía. A comparación de la de Harry lucía demasiado formal y aburrida, como para hombres cincuentones presumidos y forzadamente intelectuales.

— Ahora quién es el intelectual. — dijo Harry entregándole su mejor sonrisa, un par de hoyuelos relucientes destellaron de sus mejillas pálidas.

Nick le había dicho que esa sonrisa había sido su perdición. Quizá lo sería para Tomlinson también. Quién sabe, nada perdía con tratar.

El ojiazul sonrió de medio lado y terminó la charla sumergiéndose en su revista aburrida. Harry continuó fingiendo que encontraba fascinante el contenido de la suya y después de unos momentos decidió hacer algo riesgoso. Bueno, no sería riesgoso, técnicamente estaría haciendo su trabajo al pie de la letra.

— Hey, lindo chico. ¿Cuál es tu nombre?— Preguntó Harry masticando irritablemente. Louis subió sus lentes de sol sobre su peinado asquerosamente perfecto y frunció el ceño, tratando de enmascarar su molestia con una sonrisa.

— ¿Disculpa?

— Disculpado. — sonrió, pero tartamudeó con torpeza cuando Louis le miró intenso. — ¿Cómo te llamas? ¿Quieres salir conmigo esta noche? Me dijeron que hay un bar cerca. Podemos ir, ya sabes, conocernos... si entiendes a lo que me refiero. Acabo de llegar aquí y no quiero aburrirme.

Bien, Harry. Salvaste el momento.

— Oh. Ya veo. — murmuró asintiendo. Harry retuvo el aire en sus pulmones.

— ¿Qué te parece? Luces como un chico divertido y yo soy divertido también, lo prometo. — agregó el agente haciendo que Louis riera.

— No cabe duda.

— ¿Entonces? —  Louis suspiró. 

— Escucha, sé lo que estás haciendo — Harry sintió la frente helada. — y me siento halagado, de verdad, pero no sucederá. — entonces el rizado se rió.

— No eres esa clase de chico. — fingió que entendía. Louis se rió otra vez.

— No, no lo soy.

— Tengo que llevarte a cenar antes y todas esas mierdas.

— No. Así tampoco.

— Sólo quiero divertirme. — confesó Harry encogiéndose de hombros. — Estoy viviendo en el tercer piso, en el departamento 1089, por si cambias de opinión. A nadie le hace daño una cogida.

— Wow. —Louis ni siquiera había parado de reír. — Eres directo.

— Lo soy. Esa es la única manera en que puedes hacer que suceda algo.

— Bueno, estoy seguro que encontrarás a alguien interesado en tu propuesta. — el castaño revolvió sus cabellos y bajó los lentes oscuros mientras se ponía de pie. Juntó sus cosas y caminó lejos de Harry sin echarle una última mirada.

– ¡Hey! — Lo llamó. Louis volteó por sobre su hombro pero negó con su cabeza, como diciéndole que lo olvidara, que no cambiaría de opinión y que la charla se acababa ahí. Harry no hizo caso. — ¿Cómo te llamas, extraño? — preguntó entonces.

Louis respondió de inmediato.

— Como tú quieras que me llame. — guiñó su ojo antes de rodarlos y continuar su trayectoria.

Harry carcajeó y lo vio marcharse.

— Entonces serás Bengala.

Running is a victory; traducción [Editado]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora