capítulo 1

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Son las siete y los primeros rayos de luz inciden sobre mis ojos y poco a poco me despierto. No estoy segura pero creo que suena una voz de fondo pero decido ignorarla. Seguramente sea mi madre diciéndome que me de prisa para ir a clase, que es el primer día y los ingleses suelen ser muy puntuales.

-Vale mamá, ya voy -respondí.

Me puse enfrente de mi gran armario empotrado de color Caoba y saqué un par de cosas que me servirían para asumir el día de hoy. Un par de camisetas, un vaquero y unas mustangs.

Mi armario se basaba en zapatos y camisetas pero eso no es un dato irrelevante.

Quince minutos más tarde ya estaba vestida y ya podría iniciar el camino hacia el instituto.

Estaba muy nerviosa y no entendía por qué, ya me había mudado innumerables veces pero en esta presentía que algo nuevo iba a marcar mi vida.

Ya había llegado y la primera impresión de ese lugar era indescriptible. El instituto Ethon me recordaba en gran medida a Hogwarts y eso me hacia sentir que estaba como en casa.

Tenían una peculiar manera de vestir dado que todos los chicos vestían con unos pantalones largos negros, una camisa blanca ajustada y sobre ella una corbata negra adherida a sus cuellos.

Las chicas vestían también de uniforme con unas faldas largas que les llegaban hasta las rodillas y unos polos blancos con el emblema del instituto.

Voy caminando por el campus y noto que todas las miradas se fijan en mi. Sigo avanzando hasta llegar al despacho del director Whibley ahí es donde le veo charlando con un chico alto y rubio. Parece el típico guaperas que intenta llevarse a todas las chicas a la cama, pero por suerte ese no es mi tipo.

-Hola, tú debes ser la alumna nueva ¿no? -pregunta el anciano canoso.

-Sí, señor.. -me limito a responder.

El guaperas  se limita a guiñarme un ojo y yo decido ignorarle.

-Bueno, pues te debería ir enseñando el camp.. -intenta terminar la frase pero antes se interpone el muchacho

-Señor, ¿le importaría que la acompañara yo? -preguntó el chico.

-Oh, claro Charles.. Seguro que la muchacha prefiere que un chico como tú le enseñe el instituto.                -respondió el anciano entre carcajadas.

En ese instante noté como poco a poco me ruborizaba a causa del comentario del director Whibley.

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