En ese momento me repudiaba a mi misma, puede que fuera el típico mujeriego. Pero no había hecho nada para que me comportara de esa manera tan agresiva.
Me limité a tumbarme sobre la cama y pensar en todo lo sucedido.
Cuando quise darme cuenta ya eran las ocho del día siguiente y el despertador estaba sonando.
Me puse aquella falda larga que tanto odiaba y ese polo ancho con el emblema del instituto.
Salí en busca de mi desayuno cuando veo a Charles.
Mi cabeza decía que le ignorara y le evitara. Pero mis piernas ya iban caminando hacia él.
-Buenos días, Charles.. - le digo con tono suave y arrepentido. Siento mucho lo de ayer.. No debí comportarme así.
-Eh, Megan, no pasa nada. Supongo que ya te habrán dicho como "soy" pero te juro que no soy así -me respondió. Si quieres te puedo demostrar como es el verdadero Charles.
Creo que en ese momento hubiera vomitado por el nerviosismo si tuviera algo en el estómago.
¿Charles me estaba pidiendo una cita? ¿O eran imaginaciones mías?
Hmm... Ya es tarde y tenemos clase de educación física a primera hora. Nos saltaremos el desayuno -dijo Charles.
-¿Qué? Ayer no me dijiste nada de las clases que tendríamos hoy -le reproché.
Me inspeccionó de arriba abajo y comentó que seguramente hubiera un uniforme de mi talla en el vestuario de chicos.
-¿Por qué no me diste ayer mi ropa deportiva? - le dije en tono decepcionado.
-Quizás se me olvidara o puede que quisiera que fueras al vestuario conmigo - respondió a aquella pregunta con una sonrisa maliciosa que tanto me gustaba.
No podía creer que me estuviera dirigiendo hacia el vestuario de chicos con Charles Beenson para recoger mi uniforme.
Me prometí a mi misma que este año no pasaría, no me enamoraría de la persona errónea pero creo que lo estaba haciendo.
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Multiply
Roman pour Adolescents¿Y si el gran amor de tu vida estuviera más cerca de lo que piensas?
