Cantaloupe.

694 78 23
                                    

I

     Ser guardián es una tarea difícil, y más, cuando aparte de tu humano, por el cual velar, tienes a un pequeño angelito descuidado pero muy tierno que también quieres proteger con tu vida, por amor.

     Cantaloupe es mi amor destinado, desde que ambos fuimos humanos, desgraciadamente solo fuimos medianamente felices hace muchos siglos atrás, cuando amarse entre hombres era una aberración y ser condenados fue nuestro fin, en plena juventud.

     Nunca volvimos a reencarnar al mismo tiempo, no nos reencontramos como simples mortales; solo cuando nuestras almas fueron liberadas y ahora nos encontramos siendo esos seres que cuidamos de nuestros humanos del peligro.

     Cuando nos volvimos a ver, luego de tanto, fue como si nada hubiera cambiado, no teníamos la misma forma de aquella vez que nos amamos con locura, éramos tan distintos, pero, nuestras faces brillaron solo al mirarnos, esto sucede cuando encuentras a tu amor destinado. De tu cara salen unos pequeños destellos que indican que has encontrado a esa persona que te llenará, y al ser ambos ángeles, darme cuenta no fue trabajo difícil.

Hola, soy Tin, bienvenido a tu nueva vida. – Le saludé feliz, ver a un ángel nacer, es algo emocionante.-

Ho-hola, soy Cantaloupe – Me respondió con un poco de temor, sin mirarme, intenté que se calmara, mostrándome los más accesible posible. — Puedes de-decirme Can.

Hoy es el comienzo de tu vida espiritual, Can, tranquilo, aquí estarás bien. – Palmeé su hombro y él levantó la vista, nos miramos a los ojos.

     Ahí pasó, en ese momento, vi su faz brillar y sentí la mía también hacerlo, lo había encontrado, quien sabe después de cuánto tiempo. Él no entendía nada, decidí calmarme y llevarlo con los superiores que se encargarían de explicarle lo necesario y darle el entrenamiento básico.

     Solo podía pensar en lo feliz que estaba, le había encontrado y era hermoso.

     Que se enamorara de mí, no fue sencillo, me la colocaba tan difícil, se escabullía; cortejarlo significaba un golpe de su parte, que por más que se esforzaba, no lograba hacerme daño, yo seguía firme en mi decisión; me ponía tan celoso cuando prefería entrenar con Type, un ángel de rango superior, que se encargaba de los nuevos y decidía que papel tomarían estos para ayudar en nuestro mundo.

     No entendía por qué pasaba esto, se suponía que éramos destinados, no quería rendirme fácil, pero me estaba exasperando, sentía que, aunque fuera imposible, moriría de amor. Y es que, 20 años humanos, tratando de conquistarle me estaban matando, Can fue un hueso muy duro de roer.

     Sumando que mi tiempo para enamorarle era limitado, tenía mis obligaciones con Ae, mi pequeño humano, ese niño que me fue asignado poco tiempo después que Can llegó a nuestro mundo. Ae, siempre fue muy responsable e independiente desde pequeño, mi trabajo fue fácil, o es que de verdad me había conectado con él, y es que Ae es mi primer protegido, para mí, es especial. Acompañarle en sus primeros pasos para que no se hiciera daño, cuidar sus sueños para el futuro, verle crecer, divertirse, hacer amigos, llegar a la universidad y verlo enamorarse de su ser ideal, Pete. Por este lado me sentía lleno, y feliz. Ae, tendría una vida próspera.

     Aunque no culpaba a Ae de mi reducido tiempo con Can, me costaba tanto separarme de ese pequeño que me rechazaba, haciendo que deseara que las noches terrenales fueran más largas, para poder ganar el corazón de mi ser destinado.

     Un día, desesperado, sin saber qué hacer, decidí ir a la biblioteca por algo de conocimiento de las escrituras, no entendía por qué Can no me aceptaba, se suponía que estábamos hechos el uno para el otro.

     Encontré un pequeño papiro que citaba "Los ángeles traen consigo a su vida espiritual, pequeños rasgos del humano que fueron, como actitudes, dones, o sabiduría".

     Esto lo sabía, los dones que traje conmigo fueron la sanación y la paciencia. Seguí leyendo esta serie de papiros y otro fragmento me llamó la atención:

     "Los seres destinados, aunque tarden, siempre se encontrarán, y se adaptarán el uno al otro, gracias al amor. El encuentro de ángeles destinados no son extraños pero sí se dan pocos casos; y en estos se deben tener en cuenta los rasgos del humano que fueron".

     Aquí está, es eso. En el tiempo que llevo conociendo a Can, me he dado cuenta de su don para el combate, y su buena memoria. Siendo bastante extrovertido, pero curiosamente, he notado que cuando está conmigo, se vuelve tímido, me alegró que no le era indiferente. ¿Será eso? ¿Se sentirá tan tímido que no acepta sus sentimientos? ¿Estará confundido? Pero... ¿Por qué?

     Luego de leer esto, lo mejor era hablar con Can directamente, éramos amigos bastante cercanos, tenía que lograr que no escapara de mí...

Brillo CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora