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El karma es un principio budista que dicta el equilibrio mediante reciprocidad. Lo qué haces, se te será regresado, ya sea bueno o malo. Claro que este concepto, como muchos otros, ha sido distorsionando por los medios. Cualquiera podría atribuir los sucesos de la vida al Karma, ya que es liberador pensar en una fuerza superior al mundo controlar a todos y cada uno de nosotros y así evitamos que la culpa recaiga en nosotros. Aún así, sigue siendo complicado pensar en una acción que detone otras. La vida no es tan sencilla como el dominó que empuja piezas iguales a sí misma; lo mismo sucede con el karma o bien, la teoría del caos, la cual fue presentada a Jeon WonWoo en su clase de antropología en primeras horas de la mañana, después de recibir una beca que lo llevaría al mejor instituto de Seúl. Definitivamente esto hizo que se distrajera el ultimo viernes que estaría ahí, cuando tendría que despedirse de sus amigos un buen tiempo.

Las horas habían pasado ya y WonWoo se encontraba decaído por dejar todo atrás, pero feliz aún así por lograr una oportunidad de ese tamaño. Los dedos de sus pies se escondían en la arena de alguna playa cerca a Changwon, su hogar. Casi moría de frío ya que no era una playa tropical pero estaba acostumbrado a separarse de todo y todos para poder pasar un buen tiempo consigo mismo. Una buena y común incógnita que se hacía, era sobre sus decisiones. Si estaban bien o mal, aún cuando no supiera con certeza qué significaba eso.
Estaba realmente concentrado en sí mismo. Tanto, que no dio crédito a la figura a su lado.

— Siempre he respetado que le alejes cuando lo necesitas. Incluso de mí, pero ahora necesitas compañía. No puedo dejarte así. No cuando no volveré a verte. — esa voz logró despertarlo de su pequeño transe, pero no respondió hasta después de un rato.

— Woo-ssi... ¿como puedo saber si lo que hago está bien? — ni siquiera se había movido. Sus ojos veían a la chica pero su cuerpo seguía viendo al mar, queriendo aventarse al agua y descansar.

— No puedes, Won. Nadie puede saber si el futuro depara cosas buenas o malas.

— Pero tampoco podemos dejarnos llevar... tenemos que ser conscientes de las posibilidades.

— Cierto, pero no podemos dejar que nuestras mentes nos coman vivos y al final no hacer nada. Ya es suficiente con no ser nosotros mismos por completo, siquiera tenemos que hacernos cargo de lo que podemos hacer ahora. En el presente.

La mirada de WonWoo divagó entre el rostro ajeno y el horizonte, donde el sol se despedía con lentitud.

— Veo que tu ensayo sobre el poder del ahora resultó bien, ¿eh?

— ¡No te burles, idiota! — como pago, WonWoo recibió un débil golpe en su brazo.

— ¡Hey! ¡No lo hago! Solo admiro tu sabiduría, Woo-ssi.

La sonrisa de aquella chica iluminó el resto de aquel día. El adiós fue tan rápido y fugaz que cuando WonWoo volvió a recordarla — a ella y su último adiós — un par de manos rodeaban su cintura sin intención de dejarlo escapar.