流れ星

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"Cierra tus ojos y escucha atentamente a mi historia.

Antes de que la termine, estarás durmiendo.

Pequeña estrella, esta noche

Toda la noche estaré observándote"

Standing Egg; Little Star.

— Standing Egg; Little Star

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Heechul💫: Tonto.


Sonreí hacia la pantalla viendo ese último mensaje de Heechul. Estoy enamorado. Aunque la gente piense que esto no será posible, aunque crean que este amor no existe y aunque digan que él no es para mi, yo estoy enamorado.

Heechul es simplemente el arte hecho persona. Su forma de hablar, de decir lo que piensa en cada momento, su sonrisa repentina, sus cambios de humor, sus momentos de locuras y tristezas. Cada segundo, en cada momento, Heechul me demuestra lo cuan perfecto puede ser y aún así lo supera.

Su sonrisa, su más grandiosa sonrisa que me brinda cada vez que hacemos una videollamada. Su escandalosa risa que provoca que me una a él a reírme de algo que quizás no tenga gracia. Su voz, como puede ser tan dulce y gentil, como tan agresivo y molesto. Cuando comienza a cantar de la nada, diciendo que no tiene buena voz pero pienso que de esa forma es como te reciben en el cielo.

Sus momentos de debilidad, demostrándome que incluso así, sigue siendo un arte ante mis ojos. Esa vez que lloró por un rato y no tuve nada que decirle pues me envolví en sus ojos, como se veían preciosos, como su piel blanca se tornaba roja en su rostro y hacía un contraste junto a su cabello negro.

Heechul era una estrella, pero no cualquier estrella.

Recuerdo el día que nos conocimos, todo gracias a una coincidencia, pura casualidad. Tal vez ¿destino? Quien sabe. Estábamos en un juego, comenzamos a pelear por tonterías que terminaban en risas y más que una partida casual, se volvió un hábito. Llegaba de la escuela, encendía la computadora y le enviaba un mensaje a Heechul para que hiciera lo mismo. Normalmente, él ya estaba esperándome.

De simples juegos, se convirtieron en citas cibernéticas donde no podíamos parar de hablar. Mensajes y mensajes que se respondían al momento y trasnoches de las cuales no nos arrepentíamos al siguiente día en la escuela. Me enamoré de él, incluso sin verlo, sin escuchar su voz. En ese entonces, me enamoré de él. Heechul era mi estrella fugaz. Sabía que era muy probable que no alcanzara a verlo, pero si lo lograba, sería algo muy hermoso.

Tan pronto el tiempo siguió corriendo, Heechul y yo nos hicimos más cercanos. Los mensajes constante se volvieron largas llamadas haciéndonos preguntas, hablando de la vida y juegos al azar. Mi corazón latía cada vez que mi teléfono sonaba, mis pies comenzaban a caminar por toda la casa mientras hablaba con Heechul. Me ponía muy nervioso.



Nagareboshi » HanChulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora