Bueno, comencemos por lo evidente: soy un demonio, y este es mi diario. No, no soy mitad cabra, ni tengo cuernos, ni cola con la punta en forma de flecha. Tampoco vivo en el infierno, ni soy un muerto que ha cometido delitos en vida y ha sido castigado. No. Yo soy un demonio, y estoy tan vivo como cualquiera de vosotros. La gente se equivoca de tantas maneras que no sé ni por donde empezar a criticaros. Eso sí, hay mucha gente que casi, casi tiene una idea aproximada a nuestra forma de vida y a cómo somos y esas cosas. La mayoría son escritores. A ver, somos...como lo diría...esencias. Esencias oscuras, sí, complementadas con los ángeles y viceversa. Nos hemos repartido por el mundo, y por ello habréis visto a más de uno sin daros cuenta de su verdadero yo. En nuestro estado natal, somos como una especie de sombras sin forma definida, pero nos podemos encarnar en otros cuerpos vivos. Ay...sí, soy perezoso, y por eso no os lo voy a contar todo aquí.
Bueno, comencemos con mi nombre: este diario pertenece a Austin. ¡Que comience mi relato demoníaco! (risa malvada).
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Diario de un Demonio
ParanormalLa gente nunca ha confiado en los demonios, nos consideran una amenaza y todo eso. Los ángeles, en cambio, son los benditos, los buenos, los que (en teoría) siempre tienen que vencer. A mí no es que me importe mucho, la verdad. Lo que no entiendo es...