No todo es como lo hemos deseado, ni siquiera fue suficiente desearlo con todas nuestras fuerzas, es increíble como el mínimo detalle hasta lo más relevante puede darte sorpresas... buenas, malas o peores. Si quizás pensáramos un segundo antes de actuar sin dejarse llevar por las emociones momentáneas que acaparan nuestra vida, en mi caso, quizás no hubiera terminado de esta manera. Disfruta la sensación de sentirte necesario para ese alguien especial; pensaba a veces, la bendita manera que el mundo conspira para hacerte sonreír dentro de tantos infiernos, era simple... como despertar en las mañanas y ver los tímidos rayos de sol entrar en la que era mi oscura habitación.
De no haberla conocido en este infierno, la historia hubiera sido diferente, pero qué más cielo que el de ella, y todo lo que me hacía sentir, pero, aunque sigas en frente de mí, yo te seguiré esperando.
Simplemente esa motivación de todos los días que impregna mi cuerpo, tan nula; débil, inútil, levantarse de esta fría y desteñida habitación todos los días a las 7:30am cuando el ruidoso despertador reactiva mis sentidos. Me vestí con el negro uniforme del internado como todos los días, lo recuerdo muy bien, quién iba a pensar que ese día empezarían la serie de eventos que llevaron mi monótona vida a un destino que se me fue de las manos.
Me miré en el espejo roto que estaba a un rincón de esas cuatro paredes que hacía llamar mi cuarto, siempre solía mirarme en él, intentaba esconder mi rostro con el cabello, como si los oscuros mechones podrían haberme hecho desaparecer instantes más eternos y más fuertes de lo que ya, siento que en este lugar me disperso.
Caminé por los largos pasillos del internado, miraba las chicas que estaban ahí, todas eran de familia con status elevado, vivíamos en el establecimiento de febrero a noviembre –aunque yo lo hacía todo el año hace unos tres- el edificio masculino se encontraba al costado dividido por las enormes rejas antiguas.
Mientras caminaba, recuerdo, haber escuchado muchos rumores de todas las chicas presentes que no eran más que ruidosos murmullos sin fundamentos, y claramente ninguna me prestaba ni la mínima mirada.
Si había un día que me desagradaba mucho más que los otros, era el maldito día jueves... tocaba taller electivo, me gustaba hacer deporte, correr y cosas varias, sobre todo me gustaba jugar básquet, pero las cosas ese día nunca estaban a mi favor.
Bajé las enormes escaleras que conducían a los vestidores, miré la metálica puerta de mi casillero.
- ¿Otra vez? –me susurro en un suspiro casi inaudible a mí misma, al ver que mi puerta tiene escrito "fenómeno" nuevamente.
En verdad pensaba que no tenía caso volver a limpiarla durante una hora; alrededor de mi cuerpo escucho las disimuladas risas, con poco éxito claro, que desbordan mis compañeras de clase.
-Estás estorbando el camino, basura – Escuché las burlescas palabras de Nayeli mientras me empujaba con violencia al piso de una fuerte patada en el hombro ¡Joder otra vez!
Intenté recobrar el sentido, Nayeli siempre se salía con la suya, mi cuerpo era víctima de sus crueles torturas y humillaciones, cuando posé mi mano en el piso para volver a levantarme, su pie la aplastó fuertemente, a mirada de las presentes, seguía estando sola.
¿Por qué no me defendía? Se acompañaba de Renata y Camila, sus mejores amigas que siempre estaban protegiéndole en caso de que yo me lanzara a golpearla.
Me levanté rápidamente esa vez, intentando zafarme del pie de Nayeli, agarré mis cosas y me fui corriendo escuchando aquellas risas vacías detrás de mí, como todas las mañanas.
Llegué al gimnasio, la clase empezó con un poco de trote, cuando solía rodearme de gente los días jueves, me sentía asechada, intranquila como si mi vida corriera peligro a cada respiro; la preparación para jugar un partido de básquet era infinita, inútil, para una oportunidad que se me era arrebatada injustamente como un pedazo de cielo que cae directamente al infierno.
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La chica del internado ( JULIANTINA VER )
Short StoryJuliana Valdés es una chica de 20 años, que ha vivido en un internado desde que sus padres la abandonaron en él. Sufre constantemente el bullying físico y psicológico de sus compañeras hasta el borde de no poder soportarlo más; su monotonía empieza...