¡Casate Conmigo!

Ciudad Inazuma, Martes 5:30 p.m.

Las piernas de Kazemaru/Nathan colgaban de la rama mientras sus ojos escaneaban el área.

Endou/Mark le había dicho que se encontraran aquí sin decirte por qué. El llegó tarde. Una hora  más tarde, paciente como siempre, decide esperarlo, pero no sin pensar en una forma de recuperarlo.

Un suspiro bajo escapó de sus labios mientras se recostabas contra el tronco del árbol. ¿Cuánto tiempo más tardaría? Sus ojos se cerraron lentamente mientras intentabas luchar contra el agotamiento que sentías.

—Espero que venga pronto— murmuro soñoliento.

—¿Todo listo?—Aki/Silvia mira a su amigo quien le había ayudado a planear su propuesta ya que el otro no era muy romántico.

—Si, gracias Aki/Silvia—el castaño la mira sonriendo—Solo falta citar a Kazemaru/Nathan—marcando para llamar al chico de cabellos azulados.

—Pense que ibas a dejarme plantado, ¿por que tanta tardanza?—Kazemaru/Nathan mira a su novio.

—Siento la tardanza tuve un pequeño inconveniente—el castaño lo mira rascándose la nuca algo nervioso—¿que te parece ir a la cima? —apuntando a lo mas alto de la torre.

La pareja comienza a subir llegando justo cuando el amanecer se asoma en el cielo.

El castaño mira de reojo a su pareja pensando el momento adecuado para decirle.

—Kazemaru/Nathan—lo mira tomándolo de las manos y mirarlo fijamente—eres la persona más especial que he conocido tal vez a veces sea un idiota y no te valore como te lo mereces pero este tiempo me ha servido para aprender muchas cosas a tu lado—se agacha en una rodilla y saca la caja con el anillo— ¿Te casarías conmigo?—lo mira con una sonrisa.

Kazemaru/Nathan se queda sorprendido mirándolo pues no se esperaba tal propuesta, conmocionado sin saber que decir simplemente se queda viendo el hermoso anillo que fue elegido para él.

—¡Por supuesto que si!—exclama saliendo de su trauma y abrazando de golpe a su pareja.

El castaño procede a poner el anillo en el dedo correspondiente de su pareja para otorgarle un beso dulce y tierno mientras el atardecer se asomaba a sus espaldas.