Prólogo

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-~(O.O)~-

Mi madre murió cuando yo era una niña. Dejándome con mí serio y nada sentimental padre. Él no se preocupaba nada en mí, todos en la primaria cuando me veían empezaban a decirme cosas, discriminarme y hasta algunas veces me golpeaban por ser una Heartfilia. Mi familia era dueña de una gran empresa. Todo mi sufrimiento era a causa de eso.

Un día como cualquier otro me fui a esconder en el sótano de mi casa, para no escuchar los sermones de mi padre. Y de repente oculto entre las cosas de mama encontré una puerta y al frente de ella avía un libro, no tenía el nombre del autor, solo decía el título "Fairy Tail" lo abrí con mucho cuidado y mucha curiosidad adentro había una llave dorada, que abría la puerta, intente abrirla, pero no pude. Convertí en un colgante la llave, y empecé a leer interesada el libro, que relataba la historia de un gremio de magos con el mismo título que el del libro, más que nada la historia se centraba en un muchacho de nombre Natsu Dragneel, que siempre estaba acompañado de su gato hablador y volador Happy.

En ese tiempo, tan solo era una niña de doce años de edad, pero al empezar a leer y a conocer más y más a Natsu me empezó a interesar hasta el punto de enamórame de un personaje ficticio. Con el tiempo fui creciendo, mi padre me empezó a ver como un objeto que ayudaría a mejorar la empresa a través del matrimonio.

Y eso me molestaba, al llegar a casa después de una larga jornada de escuela me daba un baño y me dirigía al sótano a seguir leyendo las aventuras de Natsu, olvidándome de todo lo que me hacía sufrir mi padre, sumergiéndome en mi mundo de fantasía. Ese libro estuvo conmigo en los buenos y malos momentos. Cada vez qué estaba triste algunas de las idioteces que hacía natsu me levantaban el ánimo. Era como si el supiese que yo estaba mal e intentaba alegrarme.

Aquel día, en que el sueño de mi padre se volvía realidad, y en que mis sueños se echaban a perder, fue el día en que llore más que ningún otro, llore abrazada a mi libro gritando su nombre. Si, Natsu. Pidiéndome que me sacara de este infierno. Y a quien vi entrar al sótano por esa puerta me sobresalto mucho.

Me extendió la mano y me dijo unas hermosas palabras, sin pensarlo dos veces le acepte su cálida mano, su gran sonrisa me cautivo por completo.

Desde entonces ya no pertenezco más a ese infierno, no tenía hermanos, ni una familia a la cual volver. Deje plantado a mi prometido en medio de la ceremonia de casamiento. Y deje sola a mi mejor amiga, o eso creía yo.

Nota: gracias por leer :D

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