Aquel día de Mayo, iba a comenzar algo que les cambiaría la vida a Elizabeth y Antonio. Eli llevaba embarazada de él desde hacía ya 9 meses, por ello ya era de esperar la llegada de un nuevo miembro de la familia. Ellos estaban muy emocionados ya que desde que salían juntos los dos soñaban con tener un bebé al que cuidar. Antonio quería que el bebé fuera un niño, mientras que Elizabet quería que fuera niña y ponerle vestiditos. Ellos ya llevaban viviendo juntos desde hace un tiempo, y tenían un perro llamado Willy.
Elizabeth empezó a tener dolores de barriga fuertes, empezó a notar patadas, y al fin rompió aguas. Antonio, su marido, se puso muy nervioso al verla así, no le gustaba verle sufrir, e inmediatamente fueron a el hospital lo más rápido posible.
Después de horas y horas de parto, por fin, salió a la luz un precioso bebé.
-Es niña.- dijo la enfermera
Elizabeth sonrió.
Antonio también, a pesar de preferir un varón.
-Tiene unos labios preciosos.- dijo la enfermera,
El bebé pesaba 4 kilos, y tenía una carita angelical
-¿Cómo le llamareis?, - pregunto la enfermera
- Pues aún no lo hemos pensado, tenemos muchos nombres en mente, como por ejemplo, mmm, ¿Sara?.
-¿Sara?, entonces se llamará igual que mi perra, - río la enfermera
-Jaja, entonces no estoy segura de cómo podría llamarse. Creo que le llamaremos, Jeyden, es el que habíamos pensado tanto para chico como para chica.
-Vale, entonces así es cómo se llamará.
Los padres sonrieron y se dispusieron a llevarse a su bebé a casa.
