1. Descubrimiento cero

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a d v e r t e n c i a: 

lenguaje crudo e indecente,
diálogos sugerentes,
actividad sexual explícita.


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(reproduce el vídeo ahora para
ambientar tu lectura)


Faltaba menos del mes para que las vacaciones de semana santa, o vacaciones de primavera como son conocidas en otras partes del mundo, comenzarán. Para muchas personas, son días de descanso en los que pueden relajarse en casa pero hay algunas otras que no las pueden disfrutar al cien por ciento pues tienen que trabajar para llevar la comida a la mesa de sus casas como cualquier otro día. Para los Ortega y los Musi, las vacaciones comenzaban incluso antes de que la escuela terminara.

Mañanas de ejercicio, tardes de parrillada, noches de vela. Un día, y al día siguiente, luego al otro, todos los días lo mismo repitiéndose una y otra vez con distintas variables. Quien sea que los viera de lejos amaría estar en su lugar, "tienen la vida perfecta" pensaban las personas que miraban entrar los coches lujosos al club social y deportivo cada tarde.

Aquellas que tuvieran la oportunidad de ver al hijo único de los Ortega recostado en un camastro junto a la alberca, sin camisa, lentes de sol y un reflector para broncear su uniforme piel, imaginarían que la cabeza del "niño rico" estaría llena de pensamientos estúpidos y prejuiciosos propios de un muchachito que nunca tendrá que preocuparse en la vida. Sin embargo, no era así.

— Papito, papito. ¿Podemos jugar con mi Buzz Lightyear? — Diego escuchaba su voz de seis años retumbando en su cabeza, la forma tan poco amable en la que su padre le volteaba los ojos, cerraba su carpeta, se levantaba del sofá y prefería irse a otro rincón de la enorme casa para no verlo.

Cada que cerraba los ojos para disfrutar uno de los pocos "privilegios" que tenía en su vida, le era imposible no recordar las veces que su mamá llamaba a la cocinera, al tutor, o cualquier persona que pudiera asistirlo en una duda o problema que tuviera; ella jamás tenía tiempo para ayudarlo.

Los pocos momentos felices que podía recordar era cuando sus padres tenían que fingir en reuniones sociales, de igual forma recordaba lo ilusionado que se ponía cada vez que su mami sonreía al presentarlo con sus amigas que venían de otra ciudad. "Mami esta feliz conmigo" pensaba, solo para que al acabar la fiesta volviera a sentir la indiferencia de su parte.

— Feliz navidad, papis— se le venía a la mente cuando corría a abrazarlos esperando durar más de dos segundos aferrado a ellos solo para que pronto lo apartaran a un lado tras responder su felicitación secamente.

Sin embargo Diego, conforme fue creciendo, su mentalidad lo obligó a creer que era un pequeño sacrificio que debía cumplir por toda la fortuna que le había tocado en la vida, además le aliviaba saber que no era el único que se sentía así en el mundo.

Al otro lado de la piscina justo en el restaurante bar, estaba Guido, el hijo menor Dianora y Rinaldo Musi, quien esperaba febrilmente a que los cocineros terminarán de cocinar la hamburguesa que había pedido.

Sentado en la barra libre, sirviendose un shot de mezcal mientras la brisa movía las decoraciones del lugar, la cabeza de Guido era un vaivén de recuerdos... no tan buenos — No, Guido, tu no puedes venir con nosotros hoy.— escuchaba a su madre detenerlo en la puerta para que no saliera junto a su hermano mayor por dos años Giulio y su padre.

Plan mayor ;; Guiego | AristemoWhere stories live. Discover now