𝐔 𝐍 𝐈 𝐂 𝐀 𝐏 𝐀 𝐑 𝐓 𝐄🌠

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Zabdiel.

Acaricio las rosas en mis manos, son rosas que se veían bonitas en la florería, pero ahora tenían una tez grisáceo, parecía triste. Camino hacia su tumba con la cabeza cabizbaja.

He llorado tantas veces cuando voy allí, que siento vacío mi pecho, no tengo ganas de llorar.

Mis ojos van lentamente por las personas que hay allí, son varias así que supuso que fue reciente la despedida.

Todavía recuerdo el día que lo encontré tirado como basura, apuñalado. Y muerto.

Trato de contener los sollozos, aunque pensaba que había llorado mucho, al volver allí se recargaban mis ojos con lágrimas que echar. ¿Nunca terminará esta tortura?

Todos me decían que estaba joven aún, que necesitaba una pareja. Que necesitaba vivir completa mi vida. No sufrir por alguien que ya no está vivo.

Pero nadie reemplazaria a Christopher, lo tengo asegurado.

Miro hacia abajo, entre mis manos está una fotografía de nosotros dos juntos. De jóvenes, cuando no éramos novios, solo un par de mejores amigos que se amaban.

Aprieto la foto.

¿Porque te fuiste tan pronto, bebé?

Nosotros teníamos que casarnos, tener muchos hijos.

Debía disfrutar más de ti.

Te haría el amor todo los días de mi vida. Te amaría cada día de mi vida. Pero ahora ya no estas en ella.

Gruño al notar mi mejilla mojada. Mi corazón aun se siente lastimado, pasaron veinte años desde que Chris me dejó solo en este cruel mundo.

—Mierda —susurro cuando el cielo se cierra en nubes grises.

Me agacho haciendo esfuerzos, adolorido por la edad. Tengo cuarenta años, debería de estar en mejor forma pero ciertamente siento que desde que Chris se fue, me siento más viejo y decaído. Beso la foto, en la pequeña y hermosa cara de él. Aprieto la mandíbula recordando también; el día que le confesé mi amor.

Mi mano fue hasta su cabello liso y hermoso con reflejos rubios que lo hacían ver tan angelical. Mirando sus grandes y bonitos ojos, dije por primera vez.

—Te amo.

Recuerdo que ese susurro algo cortante y desesperado de mi parte, aceleró el corazón de él.

—Ya he metido mis planes, ya priquitie tu corazón. Quiero tanto este vacante —canté susurrando, acariciando la cintura de Chris —, aunque suene a disparate —suspiré tomando sus manitas, Chris tenía unas lagrimitas de felicidad —. Quiero ser tu nuevo amor.

El chico dueño de mis sueños, dio saltitos en su lugar y sonriendo dijo— También te amo.

Y cerraron ese preciado recuerdo con un dulce y lento beso.

—Te extraño, bebé —mi mano temblando quita la lágrima salada que resbala por mi mejilla.

Miro el cielo. Me pican los ojos de tanto dolor en simples lágrimas, dejo sus rosas sobre su tumba.

Siento que lo engaño. Me voy a casar y lo siento como un engaño. Aunque aprecio con toda mi alma a Erick, mi corazón se parte en dos recordando el amor joven e inolvidable.

Aún amo a Chris. Nunca amaré como lo hice con mi bebé. Mi Chris.

Algunas gotas caen del cielo oscuro y una gota aterriza en la fotografía, observo como moja la hermosa carita de Chris, casi desapareciendo su rostro por lo deteriorada que se encuentra.

Maldigo bajo. Tratando de solucionarlo con la manga de mi buzo.

—¿Será un aviso de él? —pregunta alguien detrás de mí.

Volteo asustado. Miro a mi amigo que tiene su mejor cara de lástima.

—¿Tú crees? ¿que clase de aviso? — cuestiono.

Veo la foto que esta en la tumba de Chris, un chico lleno de sonrisa y alegría genuina sonríe, era tan joven.

—Aviso de que debes superarlo y ser feliz, Zabdiel —exclama Joel quitando la fotografía de mis manos.

—¡No! Joel, damela.

—Zabdiel debes ser feliz. ¡Te vas a casar! ¡Erick te está esperando en la iglesia!

—No puedo... Yo lo amo —volteo sonriendo, más bien haciendo una mueca por el nudo en el estómago, hacia la tumba.

—Zabdiel, sé que cuesta dejarlo atrás, pero debes vivir. Él fue muy especial en la vida de todos, y fue tu primer amor —suspira mirando también la tumba —. Te espero en el auto.

Joel camina alejándose, y caigo sobre mis rodillas. Mi corazón duele, pero ya no palpita lleno de amor y alegría como antes. Sé que debo dejarlo ir y vivir de nuevo el amor, con Erick siento que lo haré. Tendré mi propio final feliz.

—Bebé, discúlpame. Yo te amo, siempre te amaré. Fuiste el primero que entró en mi corazón, que lo hizo latir a mil —mi voz se oye entrecortada por mis notables lágrimas—. El que siempre estuvo allí cuando lo necesitaba. Sabes que nunca amaré a alguien más, no miraré a nadie como te miraba a ti, como si fuera mi mundo. O quizás si, y eso no está mal. Bebé, sé que estarías feliz por mí.

A este punto mis lágrimas salían en montones, y con mucha rapidez.

—Lo siento, debo dejarte. No quiero— más llorosos salieron, es difícil esto—, pero te digo adiós.

Miro su foto detrás del cristal. Mi bebé me esta sonriendo, lo miro con orgullo y cariño. Sé que esta feliz por mi.

En mi última lágrima, dejo la fotografía sobre sus rosas y salgo caminando a pasos torturosos, pesados por los recuerdos, felicidad y amor que dejo detrás. Trago las ganas de llorar como un bebé.

Joel corre a abrazarme.

—Todo estará bien, hiciste lo correcto.

Yo sonrío. Lo hice.

《♡》

REEDITADO.

Ame, no se si lo hice bien.
Pero lo hice con pasión,
así que... veremos si sirvo
para esto jiji

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me ayuda mucho ♡

Goodbye; Chrisdiel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora