*Capitulo 12*

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Al otro dia me desperté mucho antes de que la alarma me despertara con su irritante sonido, tal vez fue porque me acosté algo mas temprano, solo eran las 8 y 30 pm cuando me dormí. Y por fin era el ultimo día de la primer semana de clases. Me levanté, me puse las pantuflas y me dirigí al baño a darme una relajadora ducha para poder despejarme y a los veinte minutos salí de abajo de la lluvia, apagué la llave y fui hacia el espejo, me lavé los dientes como usualmwnte lo hacía mientras me miraba. Mientras estaba en ese trance noté las marcas de los huesos que se notaban en mi cuerpo, la clavícula mas a la vista que antes, mi fino cuello, mis hombros, estaba mas que delgada, estaba practicamente bulimica, pero mi cara llena de pecas estaba por lo menos presentable. Traté de olvidarme de eso y di paso a enjuagarme la boca, para despues salir del cuarto de baño. Me dirigí al closet y elegí lo habitual, lo de siempre, unos jeans holgados, una camiseta grande negra que tenía la palabra de "Peace" y mis converse negras, luego tomé una campera negra con capucha que me quedaba enorme pero a esta no me la puse, la coloqué atada en mis caderas. Daba igual si notaban mis brazos flacos casi huesudos. Luego de hacer todo eso, decidí ir a peinarme, pero esta vez dejé mi cabello castaño suelto y ondulado al natural. Al verme solté un suspiro y traté de dedicarme una sonrisa, lo que terminó siendo una mueca. Decidí alejarme del espejo y apronté los cuadernos para el día de hoy, agregué mi diario también. Tomé mi celular y en eso siento como el sonido de mis tripas. Eso me sorprendió, me toqué la panza y podía asegurar que eso era hambre. Voy a decir la verdad, extrañaba la comida, extrañaba el sabor y lo que me provocaba, extrañaba el poder comer lo que quisiera. Luego de haber tomado el celular y mi mochila, Salí de mi habitación trancando la misma, bajé las escaleras y me dirigí hacia la cocina, antes de entrar vi que Trevor, aún estaba durmiendo en el sofá. Al abrir la heladera, saqué la leche, tomé los cereales de la alacena, tomé un tazón y me senté en una de las banquetas frente a la mesa, me serví una gran cantidad de cereales y los mojé luego con la leche. Tomé una cuchara y comencé a comer, acabando con el crujido de mis sonoras tripas.

En determinado momento, Trevor se asoma a la cocina frotando sus ojos, murmurando cosas intendibles, me da gracia pero la resaca que debe de tener encima no da gracia ninguna, me imagino que es horrible tener resacas, al menos que yo sepa. Se deja de sobar los ojos y adormilado me mira.-

Buenos días _____tn...-Balbucea con voz ronca.-

Buenos días Trevor...-Dije terminando de comer una cucharada de cereal. Se me hace raro el decirnos "Buenos días" se su pone que no tolera mi existencia.-

Aghhh...-Se queja agarrandose del estómago.- Nunca vuelvo a tomar...-Dice en voz baja pero alcanzo a oírle.-

¿Fuerte resaca?...-Pregunto pero es definitivo que es demasiado obvio. Él me mira y asiente con una mueca de dolor y disgusto por lo que siente.- En la heladera hay cosas para calmar las náuseas...-Dije apuntando con la cabeza hacia la heladera, mientras comía lo que restaba en el tazón. Él se acercó a lo anteriormente mencionado, abrió la puerta y de ahí sacó dos pequeños frascos que traían algo escrito, los abrió a ambos y se los tomó uno tras otro. Yo me reí levemente por impulso pero no hizo caso a eso, mejor. Al terminar de vaciar el tazón, lo llevé al lavavajillas y lavé el mismo.-

Espero que esto haga efecto porque si no voy a sentir la muerte cerca...-Dijo en tono dramatico pero hablando enserio, no pude evitar reír, lo miré.-

Ay no seas exagerado, ahora ve a darte una ducha, así se te va esa sensación...-Murmuré y él asintió, es raro que me esté haciendo caso, es muy impulsivo y si quisiera me hubiese dicho algo como "No me mandes" "Métete en tus cosas" y mierdas así, pero esta vez no. Me hizo caso y se fue directo a las escaleras para subir las mismas. Yo por lo tanto, tomé mi mochila y mi celular que yacían encima de la mesa, al último lo guardé en mi bolsillo luego de ver la hora, me puse la mochila en los hombros y decidí irme.

Hola ¡Fea! (Zach Herron)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora