Tercer Mes

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- Dejame observar tú rostro.

- ¿Qué pasa?

- Tus ojos... - Susurró

- ¿... Mis ojos?

- No, no es nada, creí que había algo. Hum, bueno ¿Qué te parece el color vino para las paredes del bar? - Me cuestionó cambiando completamente el tema.

- Creo que sería un toque elegante. - Continúe.

La conversación giró en torno al próximo negocio y sus preparaciones. Sin embargo mis necesidades naturales interrumpieron el tema por segunda vez.

Y esque, estando ya en mi tercer mes de gestación realmente el tener que orinar se había convertido en una rutina cada 30 minutos.

A excepción de ése detalle, los demás síntomas no me habían atormentado más, lo que agradezco mucho.

Al lavarme las manos, me miro al espejo y recuerdo como Hyoga tomó mi rostro para verme.
Y ya había notado la razón, mis ojos no eran el problema. Sino. Lo que empieza a formarse bajo ellos.

Un par de sutiles manchones negros están clavados en mis ya hundidos ojos. Que, ahora tienen un peculiar brillo.

Ahora que lo pienso, mi vientre a aumentado notoreamente su tamaño, espero que sea un bebé grande y saludable...

- ¿Shun? - Parece que me he tardado de más.

Abro la puerta del baño encontradome cara a cara con el ruso.

- ¿Todo esta bien? - Su voz parece tan calmada, tan profunda... Y realmente sensual haciéndole el juego perfecto con su penetrante mirada.

- Siento preocuparte, me perdí en mi reflejo. - Reí.

Río conmigo y tomó mi mano.

- Vamos Shun, o llegaremos tarde.

Tomamos nuestros abrigos y salimos del apartamento.
Llegamos a la clínica con 10 minutos de anticipación y tomamos asiento esperando nuestro turno.

Nos encontrábamos leyendo cuando sin previo aviso se escuchó un grito sordo proviniente del consultorio.

- ¡¡Por favor, Doctor. Dígame que no es verdad!! - Fué entonces que entendí que aquel grito, no era más que el inicio del llanto de una mujer. - ¡¡DÍGALO DOCTOR!! ¡¡MI BEBÉ ESTA VIVO!! ¡LO ESTÁ! ¡SÉ QUE LO ESTÁ! - Continuaba sollozando.

- ¡MEI, BASTA!

Los gritos sesaron para dar lugar al amargo llanto de aquel corazón hecho pedazos en cuestión de segundos.

La puerta se abrió lentamente mostrando a una pareja saliendo del consultorio. Aquella mujer podía presumir su vientre con toda claridad. Se abrazaba fuertemente al brazo de su esposa quien se jalaba los cabellos desesperada.

Aquella embarazada posó su mirada en mi e inmediatamente comenzó a llorar fuertemente hasta salir del edificio.

Estaba completamente en Shock, el bebé de aquella mujer estaba...

- Es su turno. - Nos indicó la secretaria apenada.

Hyoga sostuvo fuertemente mi mano y me miró a los ojos.

- Todo va a estar bien.

Toda su mirada estaba estupefacta, su mirada contenía miedo y sólo pude asentirle nervioso.

- Lamento que hayan presenciado tal escena. - Inclusive la semblante del Doctor ahora se veía desanimada.

- No se preocupe. - Dijo Hyoga. - Es realmente una pena.

- Bueno, dejemos eso a un lado. Hoy debe ser un día feliz para ustedes. Éste es su primer ultrasonido ¿No es así?

- S-si. - Apenas pude responder.

- Por favor, por aquí. - Dijo guíandome hasta el asiento. - Esta un poco frío. - Me avisó después de colocarme aquel gel característico y mostrándome el aparato.

- ¡Oh! Felicidades... Les presento a su bebé. - Rió el Doctor mostrándonos la pantalla.

Nos mostró donde se encontraba y nos explicó cómo apenas estaba formándose.
Mi corazón se tranquilizó otra vez al verlo.

Voltee hacia Hyoga y él sonreía hipnotizado al monitor. Se percató de mi mirada y me observó también.
El tiempo pareció detenerse, y reímos al mismo tiempo, el rubio se acercó a mis labios besandolos rápida y suavemente, para después terminar de escuchar los consejos del doctor.

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⏰ Última actualización: Jan 06, 2019 ⏰

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Saint Omegaverse: ¡Un bebé en camino! (Hyoga X Shun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora