Un poco más y caigo al vacío, un golpe de viento haría que me precipitara.
Tan oscuro, tan profundo, tan frío, desprende un aparente sentimiento de calma, de sosiego. Intento mantener el equilibrio pero hay demasiado que soportar sobre mis hombros.
Sueño con pedir ayuda, gritar hasta dejar mis pulmones sin aire y romper el silencio. Gritar que no puedo más, que me tiemblan las piernas del cansancio, que mis ojos se olvidaron de sonreír, que por cualquier detalle se anudará mi garganta y caerán minúsculos cristales de mis ojos.
No tengo ganas de seguir, siento que no hay nada por lo que luchar, nada va a cambiar y es inútil intentarlo...