¿Novias?

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Menni

Habían pasado ya tres semanas desde que pasó lo de Elena. Lo mejor que me pudo haber pasado en estos veintiséis años (después de haberme graduado de mi licenciatura en idiomas, claro está). Todo es tan increíble. Por Dios, que la quiero demasiado. Ni en mis mejores sueños me hubiese imaginado que estaría por fin con ella, que me querría de la manera en que yo la quiero. Que me correspondería de esa manera. Ella es como un sueño; es la combinación perfecta de todo lo que quiero; y es que, ni siquiera hay con quien compararla, y vaya que he intentado que me guste alguien más de la misma manera; o al menos similar, pero es que joder, que no hay nadie. Ella es como todo al mismo tiempo; puede lograr que te molestes, sentirte de lo peor; y al mismo tiempo puedes sentirte de lo más dichoso y feliz a su lado. Es... es única. Y la quiero para mí, quiero que su sitio este a mi lado; y si ella quiere lo mismo, no hay nada que me haga más orgullosa.

Definitivamente, Elena es la chica para mí. No cabe duda de ello. En serio no me puedo creer que somos... espera, ¿Qué somos? ¿Somos novias o algo? ¿Debería pedírselo o ya es obvio?

– ¿Crees que seamos novias? –le preguntó a Logan, mi socio y mi mejor amigo–.

– ¿Podrías concentrarte? Estamos traduciendo un libro de 200 páginas, para dentro de diez días –ruge–

– Vale, tienes razón. Lo siento –vuelvo a mi labor–. ¿Pero tú qué crees? –Coloca los ojos en blanco–.

– Vale, okey –dice resignado–. La verdad es que no lo creo. Me refiero a que, no lo han hecho oficial ni nada. Es como si está sobreentendido, me parece a mí. Actúan como tal, pero no es como si, se presentarían de esa manera, ¿Sí me explico?

Asiento pensativa.

– ¿Crees que debería pedírselo o seguir así?

– Am... la verdad, es que...si quieres estar segura, diría que sí. Pero, si temes al rechazo, te diría que lo dejarás así.

– ¿Al rechazo? –Pregunté confundida–. ¿Por qué me rechazaría?

– No lo sé... ¿Sabes? Siento que Elena, no está lista para "tener novia". Lo más seguro es que lo intente esconder a toda costa. Sin embargo, ella es la única que puede decidir, claro está.

– Oh, sí... bueno. No había pensado en eso. Quizá este yendo muy rápido, no lo sé... Es sólo que no me gusta el hecho de no tener las cosas claras, ¿me entiendes?

– Sí, amiga. Yo te entiendo, y cualquier persona lo haría. Sin embargo, eso es lo de menos, en mi opinión. Es mejor que hables con ella. O tal vez intentar pedírselo, a ver cómo reacciona.

– Eso haré, y espero no salir decepcionada –hablé miedosa–.

– Vale, creo que es lo mejor. Ahora concéntrate, sabes que nos dan un plazo, pero en realidad desean que lo terminemos en menos. Ellos..., me ponen la vida triste –me decía con notable estrés–.

Es gracioso encontrar a alguien que sea aún peor que tú en cuanto a perfeccionismo se refiere. Al principio me resultó difícil, pero luego logré continuar sin problema Ya tendría tiempo para pensar.

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Resulta tremendamente agotador traducir un libro de francés a inglés cuando tu lengua nata es el español. Espero que con los años se haga automático. Lo bueno, es que no es tan extenso como otros pedidos que hemos realizado. Hay veces que llego a mi apartamento que simplemente no quiero ni pensar, de lo agotada que me encuentro.

Tenemos una muy pequeña empresa (por ahora), de traducciones; pero gracias a la calidad de las mismas, cada vez tenemos pedidos más grandes, lo que trae resultados lucrativos, pero también una tremenda responsabilidad, a decir verdad. Pero, oye, vale la pena desgastarse la vista y la mente, y más si se hace con gusto, ¿o no? Gracias a ello tengo la posibilidad de rentar un lindo apartamento con vista a la ciudad, y un Douge Caliver, que amo sin lugar a dudas (y que aún estoy pagando sin lugar a dudas). No puedo estar más que agradecida, además tengo fe de que seguiremos creciendo. Sí, "Traducciones L&M" será grande (y espero en el proceso pensemos en otro nombre, porque no es demasiado creativo).

Cuan Hermosa EresWhere stories live. Discover now