˚ ༘✧5

207 21 2
                                    

Jia
(7 años

La pequeña pelinegra se encontraba acurrucada en una esquina de la habitación mientras sus ojitos solo podían derramar lágrimas

Ella no era la culpable

Pero nadie la escucharía, no en aquella familia

Sus hermanos le habían dado la espalda, sus padres prefirieron ignorarla

A su corta edad ya sabía lo que era la soledad y como dolía el rechazo, como su corazón se encogía por la impotencia

Estaba sola

Y lo único que podía hacer era llorar en silencio, esperando que nadie la escuchase




• • •




Después de regresar del colegio y comer en absoluto silencio para que nadie notara su existencia, corrió al balcón de su habitación, su pequeño, pero acogedor balcón

Le gustaba pasar las tardes sentada fuera donde podía leer tranquila, después de todo al otro lado de la verja no vivía nadie

El patio era enorme y curiosamente las malas hierbas que normalmente se veían no estaban, las baldosas que creaban un pequeño camino estaban limpias al igual que las grandes ventanas que daban al salón

Frente su balcón había un gran ventanal tapado por unas largas y densas cortinas que no dejaban ver más allá

Empezó a sentir curiosidad

¿Alguien ocupaba la casa?

Y como si su pregunta hubiese sido escuchada, las cortinas se corrieron dejando ver a un pequeño castaño que miraba por ella, contemplo la zona hasta que sus ojos chocaron con los ojos azules de la pelinegra

A quien el pánico invadió y rápidamente cerró su libro para adentrarse en su habitación

— ¡Hola! — la voz del chico la hizo frenar de golpe

Con pasos lentos se giro mientras apretaba el libro contra su pecho por los nervios

— ¡Soy Oh Jung Yoon! — saludó levantando su mano

La enorme sonrisa que el castaño portaba hizo que Jia agarrara algo de confianza

Y cuando estuvo a punto de presentarse la profunda voz de su padre la hizo sobre saltarse

Hizo una pequeña reverencia hacia el chico y con miedo entro a su habitación, cerrando las puertas del balcón y corriendo las cortinas

Dejando al pequeño con cara de confusión

Jia pensó que no volvería a ver al castaño, lo cual era una tontería ya que este era ahora su nuevo vecino y compañero de clase, durante los siguientes 8 años

El pequeño Jung la perseguía para conseguir ser su amigo y ella corría por no saber que hacer

Y de esa manera ese castaño, consiguió entrar en el corazón roto de la pelinegra, siendo así el único pilar fundamental de ella

Siendo testigo de todo lo que Jia había pasado y como por la impotencia se desmoronaba, siendo aquella mano que ella agarraba cuando las cosas iban mal

Por todo eso, nadie podrá separarlos


𝘙𝘶𝘭𝘦𝘴 ٭ ›𝘒.𝘋𝘢𝘯𝘪𝘦𝘭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora